En todas esas bodas, y por supuesto en la suya propia, ha estado la Reina Sofía, que no se perdió los enlaces de su hermano y de sus sobrinos. A la de Philippos de Grecia acudió con su hermana Irene de Grecia y con su hija mayor, la Infanta Elena, mientras que a la de la Princesa Theodora ha acudido mucho más acompañada.
En la víspera había tenido lugar una celebración preboda en el Museo Bizantino y Cristiano de Atenas al que acudieron Doña Sofía, la Infanta Elena, la Infanta Cristina, Miguel e Irene Urdangarin y la Princesa Irene de Grecia. La hermana de la Reina Sofía, muy delicada de salud, iba en silla de ruedas, como ha venido siendo habitual desde hace un tiempo.
Al día siguiente en la Catedral Metropolitana, repitieron todos menos la Princesa Irene, que se convirtió en la gran ausente a buen seguro por su delicada salud, y que no llegó al templo con su hermana y sus sobrinos, aunque no se descarta que pueda ir directamente al convite. Y para compensar la ausencia, hubo una presencia un tanto inesperada: la de Juan Urdangarin.
Los gestos de cariño de la familia
La Reina Sofía bajó del coche acompañada de sus dos hijas, la Infanta Elena y la Infanta Cristina, y de tres de sus ocho nietos, Juan, Miguel e Irene Urdangarin. Teniendo en cuenta que el hijo mayor de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin trabaja en Londres, a buen seguro no pudo viajar a tiempo para la preboda y ya llegó a Atenas el mismo sábado para ver casar a su tía segunda Theodora.
Doña Sofía estaba radiante con un traje fucsia y con su Broche de Lazo de Diamantes. Por su parte, la Duquesa de Lugo apostó por los lunares, Cristina de Borbón brilló en azul, e Irene Urdangarin deslumbró con un vestido oscuro estampado que adornó con una bonita capa azul.
A su llegada al templo se escucharon aplausos y vítores a la Reina Sofía de los fans de la realeza, que recuerdan con cariño que nació como Princesa de Grecia y fue miembro de la Familia Real Griega hasta que se casó con Juan Carlos de Borbón en 1962, precisamente en Atenas. Se vio también cómo la comitiva se equivocó de puerta, por lo que tuvieron que indicarles que debían usar otra entrada.
Además, se pudo comprobar lo atentos que fueron los nietos Urdangarin con su abuela. Juan y Miguel Urdangarin cogieron cada uno de ellos a Doña Sofía por el brazo para ayudarle a subir las escaleras. Hubo otro gesto de cariño entre la Infanta Elena y su sobrino Juan, que al posar para el fotógrafo se agarraron por la espalda, viéndose cómo Doña Elena frotó la espalda de su sobrino mayor, por el que siente un gran aprecio.
No estuvieron por tanto ni el Rey Juan Carlos, que estaba en Sanxenxo, ni los Reyes Felipe y Letizia, que habían viajado a Galicia para una cena con los compañeros de la Armada de Felipe VI, y que se reunieron con el Rey Emérito y la Princesa Leonor, ni sus hijas, ni tampoco Froilán y Victoria, ni Pablo Urdangarin. Los Reyes se quedaron ya el fin de semana en Galicia para pasarlo con la Princesa de Asturias, con la que salieron a comer.
Tras la boda que unió en matrimonio a la Princesa Theodora de Grecia y Matthew Kumar, la Familia Real y Familia del Rey de España se desplazaron, como el resto de invitados, al hotel One&Only Aesthesis, situado junto a la playa en Glyfada, a unos 20 kilómetros al sur de Atenas, donde se celebró el banquete.