España
Una de las primeras fue la Reina Sofía, griega de nacimiento pero que a raíz de su matrimonio con el todavía Príncipe Juan Carlos de Borbón en 1962 renunció a su nacionalidad y a sus derechos al trono griego para convertirse en española y en católica. Tampoco ella fue la primera extranjera en la Familia Real Española, puesto que la abuela de su marido también lo era: la Reina Victoria Eugenia (esposa del Rey Alfonso XIII) nació en el seno de la Familia Real Británica. A su vez, la suegra de ésta última tampoco era española: la Reina María Cristina (esposa del Rey Alfonso XIII) era heredera del Imperio Austro-Húngaro.
Grecia
Curiosamente, los tres hijos mayores de la Reina griega también están casados con personas de diferentes nacionalidades: la Princesa Alexia con el español Carlos Morales, el Príncipe Pablo con la británica Marie-Chantal Miller y el Príncipe Nicolás con la venezolana Tatiana Blatnik.
Dinamarca
En su calidad de Príncipes daneses, Ana María de Grecia y sus descendientes forman parte de la Familia Real de Dinamarca, encabezada por la hermana de la reina griega, Margarita II. Una familia que tampoco está exenta de "infiltrados" extranjeros. De hecho, los dos hijos de la soberana están casados con mujeres procedentes de países bastante lejanos a Dinamarca.
El más lejano es sin duda Australia, donde nació y se crió la Princesa Mary (esposa del Príncipe Federico). No obstante, sus antepasados eran emigrantes escoceses y sus propios padres se trasladaron a los Estados Unidos durante algunos años cuando a John Donaldson le ofrecieron un trabajo en la NASA. Por su parte, la Princesa Marie (esposa del Príncipe Joaquín), proviene de un país más cercano a Dinamarca, o al menos dentro del mismo continente: Francia. Precisamente el recién fallecido Príncipe Enrique, marido de la Reina Margarita, también era francés.
Luxemburgo
Otra de las familias reales europeas con mayor mezcla de nacionalidades es la luxemburguesa. La actual Gran Duquesa María Teresa fue una de las primeras latinas en adentrarse en el Gotha: nació en Cuba en el seno de una familia acaudalada que con el estallido de la Revolución Castrista emigró a Nueva York y Ginebra (incluso residieron temporalmente en Santander). Estos orígenes supusieron un motivo de enfrentamiento con su suegra la Gran Duquesa Josefina Carlota, que pese a que ella era belga de nacimiento, nunca aceptó que su hijo se casase con una extranjera "criolla".
La esposa Enrique I de Luxemburgo llegó a hacer las siguientes declaraciones: "Siempre estaré agradecida a los luxemburgueses porque, desde el momento en que llegué, me hicieron sentir como en mi propia casa. Al haber nacido en otro continente y vivir en tres países diferentes, durante años sentía que no pertenecía a ningún lugar".
Probablemente estos sentimientos de desarraigo fueron los que la llevaron a aceptar con los brazos abiertos a sus dos nueras, ambas procedentes de países extranjeros: la Princesa Estefanía (esposa del Príncipe Guillermo) es belga y la Princesa Clara (esposa del Príncipe Félix) es alemana.
Otros casos conocidos
Durante años era tradición que los diversos príncipes y princesas europeos se casasen entre ellos, por lo que no es de extrañar que la realeza esté tan relacionada entre sí y que los casos de consortes procedentes de otro país sean muy frecuentes: la Reina Silvia de Suecia es alemana (aunque se crió en Brasil), la Reina Paola de Bélgica es italiana, la Princesa María de Liechtenstein es checa, etc.
Además, durante los últimos años se han vivido casos muy parecidos al de María Teresa de Luxemburgo en cuanto a consortes procedentes de países fuera del continente europeo: la Reina Máxima de Holanda es argentina, la Princesa Charlene de Mónaco es sudafricana... Por lo tanto, ¿cómo va alguien a escandalizarse a estas alturas porque una estadounidense divorciada sea Princesa de Inglaterra?