La Familia Real Holandesa no ha empezado 2019 con buen pie. Primero fueron las críticas por la costosa rehabilitación del Palacio de Huis Ten Boch y luego la decisión de la Princesa Cristina de subastar un dibujo de Rubens (aunque finalmente ha decidido dar un paso atrás y no hacerlo). Ahora es la Reina Máxima quien está en el ojo del huracán.
Este 31 de enero la consorte ha tenido que hacer frente a unas informaciones publicadas en los medios holandeses y según las cuales habría estado durante años evadiendo el pago de impuestos en una propiedad ubicada en su Argentina natal.
Según lo revelado por la web El Cohete, la Reina Máxima " adquirió un terreno en 2009 y construyó en él un pequeño hotel que no fue declarado como tal y cuyas obras de rehabilitación tampoco se declararon ". Quien gestiona la propiedad es su tía, pero los nombres que aparecen en los documentos son los de Juan e Inés Zorreguieta (sus hermanos).
¿Qué tiene que decir la Casa Real?
Dichas informaciones no han quedado sin respuesta por parte de la Casa Real Holandesa, que no ha tardado en publicar un escueto pero tajante comunicado oficial: " La Reina Máxima respeta escrupulosamente las leyes y regulaciones tributarias vigentes en Argentina ".
Consciente de que a veces una imagen vale más que mil palabras, la esposa del Rey Guillermo Alejandro ha optado por aparentar normalidad y ha continuado con su agenda oficial el mismo día en que sus presuntas irregularidades fiscales salían a la luz.
La Reina se desplazó hasta la localidad de Heerlen para inaugurar una exposición sobre Basquiat en el Museo SCHUNK y allí, totalmente ajena a la polémica que la rodea, se mostró de lo más sonriente y participativa: no dudó en ponerse una bata, agarrar un bote de spray y hacer su propio grafitti. Al mal tiempo, buena cara.