La Reina Sofía, con cara de circunstancias, desistió, pero no tardó en intentar otro asalto. Ya en la puerta de la Catedral de Palma, la Reina Sofía se acerca a sus nietas y consigue que por fin se le fotografíe con ellas, pero la Reina Letizia estaba al acecho y se metió en medio ocupando el sitio que la Infanta Sofía le cedió amablemente. Hubo otro momento tenso cuando la Reina Sofía dio un beso en la frente a la Princesa de Asturias, que se acercó inmediatamente a su madre; la consorte de Felipe VI pasó su mano justo por el lugar en el que la niña recibió el beso. Doña Letizia se da la vuelta, y Doña Sofía quizás entiende o escucha que debe irse, porque se marcha de allí...
La escena fue lamentable. La Reina Sofía se saltó el protocolo y dejó que la Infanta Sofía dejara sin saludar a una persona, buscando obsesionadamente una fotografía con unas nietas a las que no ve porque supuestamente la Reina Letizia no permite el contacto. La actitud es contraria en el caso de la otra abuela, Paloma Rocasolano, que visita con frecuencia la residencia regia y cuida a las niñas cuando los Reyes están de viaje oficial.
¿Qué pasa entre las dos Reinas? Más allá de tensiones por la Infanta Cristina y otros asuntos, lo primero es que vienen de mundos distintos, no tienen nada que ver y aunque han dicho que son complementarias, la realidad es que ven la vida desde puntos de vista distintos. La Reina Sofía entiende más el papel de la Familia Real y cómo la vida pública y la privada se entrelazan, algo que Doña Letizia no acepta, lo que provoca que tampoco sepa improvisar y le cueste salirse del guion, con resultados tan nefastos como los que se vieron en la Misa de Pascua. La gran culpa es de la Reina Letizia, pero tampoco Doña Sofía estuvo acertada. Sea verdad o no que habían pactado que nada de fotos con las niñas y que ya si eso en Marivent, repetiré una y mil veces que la Monarquía es imagen, y la que se dio en esos segundos, ha sido muy triste. No es un escándalo institucional como lo fue el de Botsuana, pero sí perjudica al prestigio de la Corona, que precisamente vive de la ejemplaridad.
La preocupación de Letiza y la reacción de Casa Real
Quizás nadie esperaba reacciones ante el hermetismo de Casa Real, pero llegaron a través de otras fuentes que evidentemente tenían que estar autorizadas. La periodista Inma Aguilar, amiga de Doña Letizia desde los tiempos en los que trabajaron juntas en CNN+, acudió a 'El Círculo' de Telemadrid. Allí expresó el pesar de su amiga por lo ocurrido, aunque quitó hierro al asunto: "Está preocupada y bastante desolada, ya que la Reina está muy comprometida con el cuidado de su imagen y la de sus hijas. Le preocupa quién les hace fotos, dónde salen, quién se les acerca. Yo creo que es una reacción de una madre preocupada por sus hijas. Pienso que no se mide nunca con el mismo rasero a la Reina Sofía y a la Reina Letizia y creo que es un tema que tiene que ver con cierto clasismo", finalizó Aguilar.
La Reina Letizia es consciente de que le va a costar reconstruir su imagen, pero más que preocupada por ella, lo está por su hija, la Princesa de Asturias. En los vídeos se ve cómo aparta el brazo de su abuela, un gesto muy feo que se puede achacar a que estaba obedeciendo a su madre o que se vio agobiada ante la tensión entre las dos Reinas. No hay que olvidar que es una una niña de 12 años poco acostumbrada a estar en público, decisión por cierto que siempre ha sido cuestionada. Todo esto puede llevar a la ciudadanía a tener mala imagen de la Princesa de Asturias, algo que Doña Letizia no se perdona. Por otro lado, fuentes cercanas a Casa Real confirmaron a El País que el comportamiento de la Reina Letizia fue "más o menos desafortunado". También expresaron que lo ocurrido se había magnificado.
La Reina Letizia vuelve a la escena pública'
No tuvo que ser un agradable despertar el que la Reina Letizia tuvo el jueves 5 de abril. La Reina acudió a la sede de la Organización Médica Colegial de España para asistir a la II Jornada sobre tratamiento informativo de la Discapacidad en Redes Sociales. La agenda manda, y no se hubiera entendido que hubiera cancelado el evento, incumpliendo así el mandato de Casa Real de que ante los escándalos, trabajo, trabajo y más trabajo.
Vestida de un modo discreto y muy sonriente, Doña Letizia fue recibida por la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat. A su llegada, repartió saludos y sonrisas, cumpliendo con su obligación como si nada hubiera pasado; hizo bien, un gesto serio no hubiera ayudado en nada, y de todos modos, hiciera lo que hiciera iba a ser criticada. El peor momento tuvo lugar a la salida, cuando algunas personas le abuchearon por su comportamiento con la Reina Sofía, que goza de mayor aprecio por los españoles y las españolas. Eso le tuvo que doler y hacerle pensar.
La 'reconciliación'
En el artículo de opinión 'Lo que debería hacer la Reina Letizia y la Casa Real para superar el escándalo del desplante a la Reina Sofía' que publiqué el viernes 6 de abril, comenté la importancia de que se viera a las dos Reinas juntas y cómplices. Era necesario que se dejaran ver en público y quedara de manifiesto que el rifirrafe era fruto de un arrebato pasajero, que pase lo que pase en su vida íntima, pueden estar juntas a la vista de todo el mundo y dar buena imagen de una Casa Real que necesita que todos y todas remen en la misma dirección.
Ese encuentro se adelantó a mis previsiones, y se podría decir que a los de otras muchas personas. Este sábado 7 de abril, el Rey Juan Carlos ingresó en el Hospital Universitario La Moraleja de Madrid para que se le sustituyera la prótesis artificial que se le implantó en la rodilla derecha en 2011. La intervención fue todo un éxito y permitirá que el padre del Jefe del Estado cuente con mayor movilidad y autonomía. Esa misma tarde llegó la sorpresa al ver cómo aparecían los Reyes Felipe y Letizia acompañados de la Reina Sofía.
La Reina de España abrió la puerta a su suegra, se colocó zapato plano para no ser más alta que ella (todos los detalles cuentan) y caminó detrás de Doña Sofía. A la hora de posar, la Emérita no se hizo a un lado, sino que estuvo en el medio, alternando la mirada a cámara con sonrisas compartidas con la Reina Letizia. Eso sí, al entrar por la segunda puerta del centro hospitalario, Doña Sofía guardó el protocolo y dejó que los Reyes pasaran antes que ella. A la salida, el Rey Felipe habló con la prensa allí congregada, comentando lo bien que se encontraba Don Juan Carlos. Mientras hablaba, las dos Reinas seguían intercambiando algún que otro comentario, siempre cómplices y parecería que hasta unidas. De vuelta al coche, la Reina Letizia ha abierto nuevamente la puerta del coche a su suegra.
Ese ha sido el primer gesto, pero hubo más. Al día siguiente, los Reyes y sus hijas llegaron al hospital con la Reina Sofía. La Princesa de Asturias y la Infanta Sofía cogieron de la mano a su abuela paterna, que parecía encantada ante la estampa. Sí, fue un buen gesto por mucho que se haya calificado como de 'teatrillo'. Era necesario, y mucho, Casa Real lo sabe, y la Reina Letizia también lo sabe, y por eso ha tenido que transigir. La Familia Real no es como las demás, debe ser ejemplar y ofrecer una imagen de unidad. De sobra es conocido que mientras la Reina Sofía tiene mayor apoyo popular, cualquier excusa es buena para criticar a la Reina Letizia, sea con razón o sin ella. En esta ocasión sí había motivos, y aunque costará que se olvide, la tempestad pasará, pero Doña Letizia tiene mucho que aprender y que enseñar a sus hijas, que son el futuro de la Casa Real.