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La Reina Letizia se convirtió en protagonista a su pesar de la gran polémica de la semana pasada al filtrarse los mensajes que le envió a Javier López Madrid después de que su nombre fuera salpicado por el escándalo de las tarjetas black, un caso por el que ha terminado viéndose las caras con la Justicia.
El Diario publicó unos mensajes que Don Felipe y Doña Letizia enviaron al yerno de Juan Miguel Villar Mir a través de un chat que los tres tienen con iMessage. En el mismo, una mujer a la que López Madrid identifica como Ltzia envió un mensaje fechado el 15 de octubre de 2014 a las 17:08 horas que señala: " Te escribí cuando salió el artículo de lo de las tarjetas en la mierda de LOC y ya sabes lo que pienso Javier. Sabemos quién eres, sabes quiénes somos. Nos conocemos, nos queremos, nos respetamos. Lo demás, merde. Un beso compi yogui (miss you!!!)".
Casa Real da la callada por respuesta
Desde ese mismo día se sucedieron las críticas por haber insultado a un medio de comunicación y por mostrar su apoyo a una persona implicada en un caso grave que le podría costar un juicio por apropiación indebida. La sociedad española está harta de corrupción y ha recibido de malos modos que la consorte del Rey que ha abogado por la modernidad y la transparencia tenga tratos con un investigado.
La Casa de Su Majestad del Rey no ha querido enviar comunicados aclaratorios, ni perdones públicos, ni privados, tan solo una aclaración señalando que la relación de amistad entre los Reyes de España y Javier López Madrid terminó poco después de esos mensajes. Sin embargo, debido a la gravedad del asunto, según El Español la preocupación de Casa Real no es la mala imagen que Felipe VI y su mujer se han granjeado con este escándalo, sino saber quién ha filtrado a la prensa los mensajes. Es por eso que el Gobierno habría iniciado la investigación anunciada por el ministro de Justicia en funciones, a petición de La Zarzuela.
El entorno de Doña Letizia asegura que está muy enfadada con la filtración de los mensajes debido a que lo ha visto como una i nvasión a su intimidad y a su privacidad, en el contexto de una conversación privada que no tiene nada que ver con su condición de Reina de España. La mujer del Rey entiende que tiene derecho a tener su propia vida al margen de su trabajo como consorte real, lo que implica poder tener conversaciones virtuales sin miedo a ser expuesta a todo el mundo.
Así, la Reina Letizia no se plantea pedir perdón a nadie, ya que cree que es un mensaje del pasado, que se ha violentado su intimidad y que además Javier López Madrid ni siquiera es su amigo, ya que dos meses después del envío de los mensajes rompieron su amistad.