Hay familias extendidas que ya solo se ven en algunas bodas o en funerales. Es lo que ocurre con los Reyes Felipe y Letizia y sus primos griegos, buenos amigos de juventud de Felipe VI, pero no tan cercanos en la madurez, que con el paso de los años se veían con menos frecuencia de la deseada. A ello no ayudó el choque de reinas de la Misa de Pascua en 2018, cuando tras ver lo ocurrido entre la Reina Letizia y la Reina Sofía, Marie Chantal de Grecia montó en cólera en Twitter y además de expresar que ninguna abuela merecía ese trato, señaló que Letizia había mostrado su verdadera cara.
Desde entonces se ganó la fama de enemiga íntima de Doña Letizia al atreverse a haberle criticado en público, algo que los royals no tienen por costumbre hacer salvo que seas Harry y Meghan. Y cuando se anunciaron las bodas reales griegas o acontecimientos de la Familia Real Danesa, los medios daban mucha importancia a un reencuentro que en público terminó llegando no en bodas, sino en funerales. El homenaje al Duque de Edimburgo y el funeral de la Reina Isabel marcaron un reencuentro, sí, pero marcando las distancias. Tuvo que llegar otro entierro para que las primas políticas cerraran por fin esta historia.
Sucedió el 15 de enero de 2023. El mismo día en el que Iñaki Urdangarin cumplía 55 años, su primer cumpleaños tras su separación de la Infanta Cristina, otra historia royal que colea, los Reyes Felipe y Letizia viajaron a Atenas para asistir al funeral de su tío Constantino de Grecia, fallecido el 10 de enero de 2023 a los 82 años.
Si bien el acto era al día siguiente, la Familia Real Griega convocó a los royals en la víspera para celebrar una cena en el Hotel King George de Atenas, situado junto al lujoso Hotel Gran Bretaña de la capital griega en el que se alojan los asistentes extranjeros de mayor rango a los actos de despedida del último Rey de los Helenos. Y en esa cena, además de otros reyes y reinas, príncipes y princesas, estuvieron desde los Reyes Juan Carlos y Sofía, pasando por sus tres hijos, su nuera y seis de sus ocho nietos. Las grandes ausentes fueron la Princesa Leonor y la Infanta Sofía.
Juntas y muy cómplices
La sorpresa llegó al ver salir del hotel a la Reina Letizia no del brazo del Rey Felipe, ni tampoco de la Reina Sofía, a la que quizás podría haber apoyado públicamente ante la muerte de su hermano, no, sino de su 'archienemiga' Marie Chantal de Grecia, que quizás ha sido más considerada archienemiga por la prensa que por ella misma. Las consortes reales salieron del hotel cogidas del brazo, con una Doña Letizia no solo muy pendiente de la esposa de Pablo de Grecia, sino muy sonriente.
La esposa del Rey Felipe VI y la de Pablo de Grecia mostraron una gran complicidad y siguieron caminando juntas y cogidas del brazo por la calle mientras mantenían una conversación. Delante de ellas iban Don Felipe y el Príncipe Pablo, antaño amigos íntimos y cuya relación también habría sufrido por aquel suceso que todos se esfuerzan por dejar atrás. Quizás se magnificó demasiado y no fue tanto para las protagonistas, quizás lo hablaron y quedó zanjado hace mucho tiempo, o quizás han optado por eso tan royal de desmentir con gestos lo que no puedes hacer con palabras, salvo que, nuevamente, seas Harry y Meghan. Verdad o mentira, ahí están las imágenes para certificar que si hubo enfado y rencor, ahora hay cordialidad.