La Reina Letizia no es una mujer amante de las joyas. Tiene a su disposición el joyero de la Casa Real, ese que tanto agrandó la Reina Victoria Eugenia, pero solo las usa en las grandes ocasiones. Incluso en cenas de gala prescinde de las tiaras si no visita oficialmente una Monarquía, o si, aunque sea anfitriona de una pareja reinante, su homóloga no lleva este complemento en su cabeza, como ocurrió en la Visita de Estado del Emir y la Jequesa de Catar a España en mayo de 2022.
Sin embargo, se esperaba que en la cena de gala en el Palacio Real por la Visita de Estado del Presidente de Colombia, Gustavo Petro, adornara su cabeza con una de las tiaras del joyero de la Casa Real Española, y Doña Letizia no ha defraudado. Así, ha apostado por una tiara que parece ser muy especial para ella y que llevaba 4 años sin sacar del joyero, algo lógico también teniendo en cuenta que la pandemia acabó con las Visitas de Estado por un tiempo, y cuando se recuperaron, Doña Letizia se lo pensó antes de volver a sacar las grandes joyas.
La elección perfecta
Para la cena en el Palacio Real en honor a Gustavo Petro y su esposa, Verónica Alcocer, no había excusas para no enjoyarse, optando por la tiara Floral. Parece una de sus favoritas teniendo en cuenta que se la ha puesto en numerosas ocasiones, aunque lo era más cuando fue Princesa de Asturias. Además, no es aparatosa ni demasiado ostentosa, por lo que la puede llevar sin dificultad. Asimismo, parece que le resulta más apropiada en ocasiones como esta, cuando su homóloga, que es una Primera Dama y no una Reina, no lleva tiara.
La tiara floral data de finales del siglo XIX, pero entró en el joyero de la Familia Real Española cuando en 1962 fue comprada por el Gobierno del dictador Francisco Franco para ser regalada a la Reina Sofía en nombre del pueblo español con ocasión de su boda con Juan Carlos de Borbón. Doña Sofía la ha usado como gargantilla, mientras que Doña Letizia siempre ha apostado por ella como tiara.
Cierto es que la tiara hace mucho, pero la elegancia de la Reina no reside en sus joyas, por opulentas que sean, sino en el conjunto siempre tan bien escogido. Para esta cena de gala se quedó con el rojo, uno de esos colores con los que siempre acierta y con el que está especialmente cómoda, como le ocurre con el blanco. El vestido en cuestión era largo y destacaba por la falda acampanada y los volantes que adornaban los hombros y las caderas. Sin duda, otro acierto estilístico de la Reina en esta cena de gala con la que Don Felipe y Doña Letizia agasajaron al Presidente y la Primera Dama de Colombia, que buscan con este Viaje de Estado fortalecer las relaciones bilaterales entre España y el país americano.