La Reina Letizia estrenó agenda oficial en solitario en este año 2018 con motivo de la reunión ordinaria del Consejo Asesor de Fundéu BBVA. Se trata de un órgano formado por académicos, lingüistas y periodistas que elaboran las recomendaciones para impulsar el buen uso del español en los medios de comunicación. Su trabajo comenzó en 2005, y desde entonces, la Reina Letizia, que antes de entrar en la Familia Real era periodista, ha seguido de cerca sus actividades.
Doña Letizia acudió a esta cita con un abrigo negro, además de con un conjunto de Hugo Boss en gris marengo con pantalón Slim y blazer de manga larga. Como complementos, unos botines de charol negro de la firma Lula, así como una cartera de Hugo Boss. También lució unos pendientes de Gold&Roses de inspiración árabe.
Una vez allí en la sede fue recibida por el presidente del Patronato de la Fundación y director de la Real Academia, Darío Villanueva, y los dos vicepresidentes: el presidente de la Agencia Efe, José Antonio Vera, y el director de Comunicación de BBVA, Paul G.Tobin. Sentados en la mesa, debatieron sobre alternativas a anglicismos tan extendidos como spoiler o shipear, así como el significado y uso del término hembrismo, entre otros temas en cuestión.
La Reina se dejó ver así en solitario por primera vez en 2018 después de aparecer en el almuerzo con motivo del 80 cumpleaños del Rey Juan Carlos, en la Pascua Militar, y esa misma tarde de Reyes con motivo de su tradicional visita a su padre, Jesús Ortiz, donde siempre se toman fotos de Don Felipe y Doña Letizia con sus hijas en el coche llegando a casa del periodista y su esposa.
Cena con amigas
Un día antes de su reunión con el Consejo Asesor de Fundéu, la Reina Letizia aprovechó para cenar con cuatro amigas. Como señala Vanitatis, la consorte real se citó con ellas en el restaurante La Gastro, una gastrocroquetería situada en Malasaña, el barrio madrileño favorito de la Reina.
Doña Letizia entró a las 21:40 acompañada de sus amigas y se sentó en una de las mesas reservadas al fondo del restaurante, donde pudieron tener una velada más tranquila. Dos escoltas se sentaron en una mesa alta junto a la barra, y allí se quedaron hasta que se levantaron para avisar a la Reina de que había fotógrafos en la puerta. Hacia las 23:15 horas se despidió de ellas y se marchó tapada por los escoltas para que no se pudieran tomar imágenes de su rostro.