Después de unos días de reflexión tratando de digerir la inesperada decisión tomada por el Príncipe Harry sin ningún tipo de aviso ni consulta, la Reina Isabel ha convocado a todos una reunión en su residencia navideña el lunes 13 de enero. Allí todos comenzarán a buscar una solución lo menos gravosa posible para ambas partes y tratando de dañar lo menos posible la imagen de la institución, que en los últimos meses está en el ojo del huracán por los Duques de Sussex -sin olvidar las acusaciones del Príncipe Andrés que le obligaron a retirarse de los actos oficiales-.
Reunión a la que Meghan Markle está invitada de forma telefónica. Según informan varios medios británicos, la Duquesa de Sussex podría colaborar de forma telemática, si el cambio de horario lo permite, puesto que su cuñado, su suegro y la abuela de su marido quieren escuchar su versión de los hechos para tratar de entender la situación por la que atraviesa. Una situación de presión pública que le llevó a confesar y pedir públicamente que pensaran un poco más en que era una persona con sentimientos, más allá de una royal británica, antes de criticar su forma de actuar o su papel como madre de Archie.
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Asimismo, antes de que comiencen esas negociaciones para determinar el papel institucional que tendrán los Sussex a partir de ahora, el Palacio de Buckingham ha querido desmentir los rumores que apuntaban a la posibilidad de que la Reina Isabel estuviera barajando la posibilidad de quitarles los títulos reales por su negativa a cumplir con sus funciones 'reales'.