Tras anunciar la separación de la oficina de los Duques de Sussex de la de los Cambrigde, el Príncipe Harry y Meghan Markle han querido ir más allá y tomarse la total libertad de decidir sus labores sin consultar a la Corona. Los futuros papás pretendían crear su propia corte independiente dentro del Palacio de Buckingham, sin embargo, The Sunday Times ha anunciado que esta iniciativa ha sido frustrada por la Reina Isabel.
"Ellos querían que su corte fuera totalmente independiente del Palacio de Buckingham, pero se les dijo que no. Hay una estructura institucional que no permite ese tipo de independencia. El sentimiento es que es bueno tener a los Sussex bajo la jurisdicción de Palacio de Buckingham, así que simplemente no pueden irse y hacer lo suyo", ha desvelado una fuente cercana a la Familia Real Británica al periódico inglés.
La 'marca Sussex'
El Príncipe Harry y su mujer pretendían crear una 'marca Sussex' fundamentada en la filantropía y el humanitarismo, ya que ambos son unos apasionados de la defensa de las causas humanitarias. En concreto, la cuñada del Príncipe Guillermo quería continuar su labor como "activista", tal y como ha publicado el medio británico. Un ejemplo del estilo de trabajo que quiere tener el matrimonio se pudo ver en su entrega total con los afectados del incendio ocurrido en 2017 en la torre Grenfell de Londres.
Pese a que sus objetivos no se han cumplido del todo, los Duques de Sussex abandonarán el Palacio de Kensington, donde tenían su oficina, para llevar a cabo su cometido en el Palacio de Buckingham. Este traslado es una pequeña transición previa al nacimiento del futuro bebé, ya que tienen previsto mudarse a Frogmore Cottage, en el Castillo de Windsor, a las afueras de la capital.