La Reina Isabel, a pesar de que no se encuentre en su mejor momento en lo que se refiere a su salud, hay planes que no está dispuesta a cambiar, salvo que se trata por una causa de fuerza mayor. Su salud le ha obligado a cancelar varios compromisos que tienen que ver con la institución, y de momento deberá parar su ritmo durante al menos dos semanas, tal y como le ha exigido su médico, pero hay cosas para ella que son inamovibles.
Al parecer, está completamente decidida a celebrar la Navidad rodeada de sus hijos y sus nietos en su residencia de Sandringham, según informa el medio The Mirror a través de fuentes cercanas a la Reina. Y no es extraño que quiera estar rodeada de su familia, sobre todo después de que se tenga que enfrentar a su primera Navidad sin el Duque de Edimburgo después de más de 70 años juntos.
Para ella sus hijos, nietos e incluso bisnietos son imprescindibles para despedir el año 2021 y comenzar el año 2022 con buen pie, ya que el último año ha sido muy doloroso para ella, por la muerte de su marido y porque la pandemia ha continuado haciendo sus estragos. La monarca espera poder estar recuperada por completo cuando se acerque el momento, por eso en diciembre no ha cambiado nada de agenda y espera poder cumplirla a rajatabla.
Del mismo modo, el Primer Ministro Boris Johnson ha dicho que la ha visto muy bien en su última conversación vía videollamada en su audiencia habitual de cada semana. "Sus doctores le han dicho que tiene que descansar y creo que tenemos que respetar eso. Todos le deseamos lo mejor", ha añadido sobre ella. Pero este parón en su agenda le impedirá estar presente en la cumbre climática de la ONU en Glasgow (Escocia), aunque ha grabado un mensaje que se transmitirá a los asistentes. Tampoco acudirá al Festival de Remembrance del 13 de noviembre en el Royal Albert Hall de Londres, el acto de homenaje a los hombres y mujeres británicos que han luchado en guerras y desastres para proteger y defender a su país.
Tras su paso por el centro de salud, la primera vez en ocho años que se veía obligada a quedarse ingresada, la Reina Isabel tuvo que cancelar un viaje a Irlanda del Norte, aunque en todo momento se ha dejado claro que su salud no preocupa demasiado y que rápidamente regresó al castillo de Windsor, volviendo así a sus tareas. "Se le han hecho algunos análisis preliminares y se encuentra bien", se podía leer en un comunicado oficial en el que indicaban que su hospitalización nada tenía que ver afortunadamente con el covid.