La Reina Isabel no ha podido perderse una cita muy especial para ella, las carreras de Ascot. El año anterior tuvo que perdérselas por las circunstancias dadas por la pandemia, la primera vez que no asistió en 68 años, pero en cuanto ha podido, ha retomado su tradicional asistencia, aunque esté muy reciente la muerte de su marido el Duque de Edimburgo. Debido a estar circunstancias muchas personas pensaron que quizás no asistiría, pero lo ha hecho mucho más recuperada y además con una sonrisa de oreja a oreja.
A juzgar por las imágenes todo parece apuntar a que está mucho mejor tras la pérdida de su marido, y aunque siga atravesando el duelo, lo hace con ánimos y ganas de seguir disfrutando de una de sus pasiones, los caballos, algo que además compartía con él. El Royal Ascot es sin ningún lugar a dudas el evento de más prestigio de Reino Unido en lo que se refiere a carreras de caballos purasangres, y ella no ha podido dejar de faltar.
Las tradicionales carreras dieron comienzo días atrás, aunque ella ha preferido esperar al fin de semana para acudir. La mujer de su hijo el Príncipe Carlos, la Duquesa de Cornualles, se dejó caer por estas carreras, igual que el Príncipe Eduardo, la Condesa de Wessex y su hija la Princesa Ana. Como la Reina Isabel no acudió ningún día, su asistencia estaba en duda, pero ahora ha dado la sorpresa.
Su llegada ha generado una gran sorpresa seguida de una gran ovación que se ha fusionado con el sonido de la banda del ejército, interpretando el himno nacional. Y su rostro lo decía todo, porque estaba feliz en un evento que tiene tanto significado para ella. esta es la primera vez que se muestra tan legre desde la muerte de su marido, aunque sigue de luto por su marcha. Por otro lado, cuatro caballos que son de su propiedad, Reach For The Moon, Tactical, Light Refrain y King's Lynn, han participado en la competición.
Muy seria en su evento anterior
Una de las últimas veces que fue vista fue en el Tropping de Colour 2021, la celebración anual que se lleva a cabo con motivo de su cumpleaños, una de las celebraciones oficiales más esperadas del año, aunque una vez más ha venido marcada por la pandemia y por eso no pudo estar acompañada de sus familiares. Además, hubo un desfile militar mucho más reducido de lo normal en el interior del Castillo de Windsor, y fue ahí cuando su semblante era mucho más serio.