Una vez finalizados los intensos y espectaculares actos del Jubileo de Diamante y tras cumplir con sus compromisos oficiales con una reunión con los representantes de la Commonwealth, la Reina Isabel visitó al Duque de Edimburgo en el hospital.
La Monarca permaneció durante 45 minutos en el centro hospitalario King Edward VII, donde pudo comprobar la mejoría del Príncipe Felipe, que tal y como ha anunciado Buckingham Palace, seguirá ingresado y tratándose con antibióticos, aunque su estado general es bueno y se encuentra de buen humor.
Poco después de que arribase la Reina lo hizo su tercer hijo, el Príncipe Andrés, que también quiso desplazarse al hospital londinense para ver en persona cómo se encuentra su padre. De este modo, la Reina y el Duque de York se han unido a los Condes de Wessex, que visitaron el Príncipe Felipe junto a sus hijos Lady Louise Windsor y el Vizconde Jacobo Severn.
El Duque de Edimburgo fue ingresado el lunes
el Duque de Edimburgo fue ingresado de urgencia el pasado lunes a causa de una infección de vejiga, tal y como dio a conocer Buckingham Palace, que señaló que el Duque estaba siendo tratado y que su estado no era grave.
El Príncipe Felipe pasará los próximos días en el Hospital King Edward VII de Londres, adonde fue trasladado desde el Castillo de Windsor, por lo que se perdió los actos finales del Jubileo. El pasado domingo, el Duque asistió al desfile fluvial por el Támesis con el resto de la Familia Real, un acto muy bello y simbólico que no estuvo acompañado por el buen tiempo y en el que el consorte de la Reina mantuvo la compostura durante cuatro horas.
El Príncipe Felipe se mostró triste y decepcionado por este contratiempo, debido a que se perdió el concierto del Jubileo, donde el Príncipe Carlos hizo referencia a la ausencia de su padre, como los del martes, que consistieron en una misa de Acción de Gracias en Sant Paul, dos recepciones, un almuerzo en Westminster Hall, una procesión de carruajes y un espectáculo aéreo que el Duque de Edimburgo no pudo contemplar.