El matrimonio está cumpliendo la normativa a rajatabla y debido a su avanzada edad prefieren salir de casa lo mínimo.
La Reina Isabel ha demostrado ser muy prudente en plena crisis del coronavirus y por eso ha cumplido a rajatabla las recomendaciones sanitarias. Tras haber estado presente en su primer acto público después de siete meses sin aparecer, ahora se vuelve a preparar para un segundo confinamiento decretado por el Gobierno de Inglaterra y no estará sola.
La Reina estuvo visitando durante unos días a su marido el Duque de Edimburgo en su refugio de Sandringham y los dos juntos han regresado al Castillo de Windsor, en el que pasaron cuatro meses sin salir rodeados solo por el personal de más confianza. Pese a que el aislamiento fue algo duro para ellos puesto que no pudieron ver a nadie de la familia, lo hicieron por el bien común y también por el propio. Pero hay una cosa que no se ha podido confirmar y es dónde pasarán las Navidades, ya que puede que regrese a Sandringham pero depende también de la evolución de la pandemia. El verano ha sido algo diferente para ellos aunque pudieron viajar en un vuelo privado hasta Balmoral, ubicado en Escocia, que es el lugar en el que suelen viajar durante el verano para pasar unos días en familia. Allí pudieron reencontrarse con su nieto el Príncipe Guillermo, que viajó con la Duquesa de Cambridge y con sus tres hijos Jorge, Carlota y Luis, a los que solo habían podido ver a través de la pantalla de un ordenador.
Fue a finales de septiembre cuando los dos juntos viajaron hasta Sandringham, lugar en el que ha permanecido este tiempo el Duque de Edimburgo ya que lleva es de 2017 de retirada de sus actos oficiales y la reina Isabela se ha ido cumpliendo con ellos, ya sea presencialmente, a través de videollamada o por teléfono. Un regreso a los actos públicos fugaz
Y el 15 de octubre fue cuando la Reina Isabel decidió retomar su agenda presencial con un acto en el que estuvo acompañada por su nieto el príncipe Guillermo, quién recientemente ha confesado que en abril paso en secreto del coronavirus. Los dos visitaron el laboratorio de Ciencia y Tecnología de defensa cerca de Salisbury y allí inauguraron un centro de análisis energético. De momento tanto la reina como su familia y el resto de ciudadanos de Reino Unido deberán cumplir las nuevas normas que impuestos al Gobierno para contener el virus.