En marzo de 2020 viajó a Windsor Castle para confinarse con la Reina Isabel. Ante la gravedad de la pandemia y en vista de que los viajes no iban a estar permitidos, la pareja real quiso reunirse para pasar juntos momentos tan complicados. Allí podían almorzar juntos y realizar actividades tanto en común como por separado y allí celebraron el 94 cumpleaños de la Reina el 21 de abril y el 99 del Duque de Edimburgo el 10 de junio. En Windsor también asistieron a la boda de su nieta, Beatriz de York, con Edoardo Mapelli Mozzi, celebrada el 17 de julio de 2020 en la Capilla de Todos los Santos.
La estancia en las Highlands termina a mediados de septiembre de 2020. Desde allí, la Reina y el Duque de Edimburgo se trasladan a Sandringham, donde van a pasar dos semanas que han sido calificadas como de estancia privada. La pareja real puede instalarse en Wood Farm, casa de cinco habitaciones que ha sido acondicionada para acoger al Príncipe Felipe, que ha hecho de esta residencia su hogar. De no haber pandemia, la Monarca se quedaría en Escocia hasta el décimo mes del año.
En octubre de 2020 llega la despedida. Después de haber pasado más tiempo juntos que en el resto de los más de 70 años que han permanecido casados, es el momento de la separación. Si la pandemia no se agrava, la Monarca dejará Sandringham en octubre para viajar a Windsor Castle. Desde allí se moverá a Buckingham Palace para cumplir con determinados compromisos oficiales.
La tranquilidad del Duque de Edimburgo en Wood Farm
El Príncipe Felipe se quedará tranquilamente en Wood Farm, donde aprovecha para leer, escribir y estar en contacto con las organizaciones con la que sigue teniendo contacto. Antes de la pandemia solía tener contacto con amigos y recibía visitas familiares de vez en cuando, pero para garantizar su protección, su retiro será más solitario. A buen seguro echará de menos a la Reina Isabel, con la que ha protagonizado un último gran reencuentro.