La Reina Isabel no solo ha alcanzado una edad a la que no todo el mundo llega, sino que lo ha hecho con buena salud y con un estado físico envidiable. Nacida en 1926, se encamina a sus 70 años de reinado con muchas ganas, sin intención de abdicar e imparable tanto en actos presenciales como telemáticos. Además, sigue montando a caballo a pesar de que puede resultar peligroso para una persona de su edad, pero a la Reina nada le detiene.
Por eso ha sorprendido tanto que haya tenido que echar mano de algo que es muy habitual para muchas personas mayores, pero no tanto para ella. Se trata de un bastón, una herramienta que facilita la movilidad de ancianos y no tan ancianos y sin el que otros royals como el Rey Juan Carlos o Harald de Noruega no podrían moverse, aunque en el caso del padre del Rey Felipe y del Monarca noruego prefieren usar muletas.
Usa el bastón por comodidad
La Monarca apareció el 12 de octubre de 2021 en la Abadía de Westminster para asistir a un servicio religioso con el que se celebró el centenario de la Royal British Legion, organización de veteranos de guerra de la que es patrona real. Al salir del coche parecía todo como siempre, pero la Princesa Ana, que le acompañó en este acto, llevaba un bastón que posteriormente entregó a la Monarca para que se moviera con más comodidad. Además, para entrar utilizó un acceso más cercano que no tiene las irregularidades que otras entradas principales, todo para facilitar la movilidad a la Reina.
Se desataron así la especulaciones sobre el estado de salud de Isabel II, algo de lo que no quiso hablar Buckingham Palace. Sin embargo, la prensa británica señala que la Monarca usa este bastón por comodidad, así que es posible que se le vuelva a ver con él, sobre todo si tiene que acudir a lugares en los que haya algún peligro de caída.
De todos modos, no es la primera vez que se ve a la Monarca con bastón. Ya lo usó en 2004, aunque en aquel momento se había tenido que someter a una operación en la rodilla. En este caso no hay más motivo que la edad de la Reina, que por muy bien que está, ya no se encuentra tan ágil y debe tener cuidado. Un bastón ayuda a moverse, es cómodo y da más seguridad, por lo que no es extraño que Isabel II haya terminado recurriendo a él.