Eso no ha quitado para que la Casa Real dé la despedida que merece a una de las seis Infantas de España que quedaban vivas (junto a la hija, las dos hermanas y las dos tías del Rey Felipe VI), y por ello, se le rendirá homenaje en un funeral que se celebrará en la Capilla del Palacio Real de Madrid en la tarde del jueves 11 de mayo.
En el caso de Don Felipe y Doña Letizia, la Reina estará en Sevilla con motivo del acto conmemorativo del Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, mientras que el Rey preside la reunión del Consejo Científico del Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Estratégicos en el Palacio Real de la Granja de San Ildefonso. Cumplidos con sus compromisos, podrán estar en el Palacio Real vestidos de luto riguroso.
Allí también estarán las hijas supervivientes de la Infanta Alicia, las Princesas Teresa e Inés junto a sus familias, así como la Duquesa viuda de Calabria, sus hijos y nietos. No sería raro tampoco que apareciera la Infanta Elena, aunque no está anunciada, como tampoco lo sería que fuera la Infanta Cristina.
La incómoda presencia de la Infanta Cristina
El caso de Cristina de Borbón es complejo. Desde que fue apartada de Casa Real de facto cuando aún era miembro de pleno derecho, solo ha acudido a actos en los que no se le podía vetar, como funerales o misas en recuerdo a familiares. Ahora, ya absuelta por la Justicia, se dice que no habría impedimento para que acudiera, más allá de sus obligaciones laborales, ya que no hay que olvidar que la misa es un jueves y ella vive y trabaja en Ginebra.
Cabe señalar también la excelente relación de Cristina de Borbón con sus primos Dos Sicilias, que le invitaron a ella, su marido y sus hijos a la finca la Toledana a pasar la Semana Santa. Quizás por eso, la que fuera Duquesa de Palma se anime a asistir al funeral en recuerdo a la Infanta Alicia. Eso no quita para que la tensión se palpe entre ella y los Reyes Felipe y Letizia, teniendo en cuenta los desencuentros a raíz del Caso Nóos.
A la Casa Real le inquieta no solo el encuentro a nivel personal, sino el malestar que la presencia de la Infanta Cristina pueda generar en la opinión pública. La Justicia le ha absuelto de todo delito, pero la sociedad española no le perdona que no fuera ejemplar, y eso es lo que más preocupa a los Reyes Felipe y Letizia.