La fiesta fue en un rancho alquilado a las afueras de Los Angeles y la temática era medieval, por lo que la australiana se presentó con un traje de damisela. Recuerda que había acróbatas y competiciones a caballo. Además, había habitaciones para que los invitados pasaran la noche.
"Ahora el comentario del Windsor sobre la necesidad de más chicas empezó a tener mucho más sentido", pensó Rebel Wilson. "No estaban hablando de una proporción de chicos y chicas como si fuera una discoteca de octavo año. ¡Estaban hablando de una orgía!". Así, la actriz, que en aquel momento era virgen y que tenía que hubiera cámaras ocultas, optó por largarse de allí lo más rápido que pudo.
No quiso decir qué royal le había invitado, pero especificó que se trataba de un miembro de la Familia Real Británica, que era un hombre, que todo esto sucedió en el año 2014, y que ocupaba "el decimoquinto o el vigésimo en la línea de sucesión al trono británico". No queda muy claro, pero no podría ser ningún hijo, ni nieto de la Reina Isabel II, por lo que tendría que ser algún primo o sobrino, si es que toda esta historia de Rebel Wilson es cierta.
La propuesta de un príncipe jordano
Pero no fue su único contacto con la realeza. En la biografía, Rebel Wilson contó que casi al mismo tiempo de esta fiesta le llegó una oferta para pasar un fin de semana con un príncipe jordano, por lo que recibiría 2 millones de dólares. Señaló que "preguntó en la industria" qué implicaría ese tipo de oferta y le contestaron que se esperaría que "en algún momento se acostara con el príncipe".