A las 15:30 horas comenzaba la boda civil que unió en matrimonio al Príncipe Guillermo de Luxemburgo y la Condesa Stéphanie de Lannoy, una ceremonia celebrada en el salón de plenos del Ayuntamiento de la capital que contó con un pequeño numero de invitados entre los que estuvieron la Familia Ducal, los Lannoy y las autoridades de Luxemburgo.
Tras recorrer el corto espacio que separa el consistorio del Palacio Ducal, que se hizo largo debido a que los ya marido y mujer no escatimaron en saludos a los ciudadanos, e incluso se acercaron, firmaron fotografías y se mostraron muy atentos, Guillermo y Stéphanie se retiraron para prepararse para lo que aún les esperaba.
Y es que al caer la noche comenzó la cena de gala con la que se agasajó a las Monarquías reinantes y no reinantes que asisten a la boda real y a diversas autoridades que celebraron con la Familia Ducal el matrimonio civil de Guillermo y Stéphanie, un evento previo a la boda religiosa que tiene lugar a las 11:00 horas de este sábado.
Derroche de elegancia en la cena de gala
Los 350 invitados fueron recibidos por los Grandes Duques y sus Herederos, donde Stéphanie lució un diseño de Elie Saab en color gris. Los Príncipes Guillermo y Máxima de Holanda fueron muy puntuales, y dedicaron saludos y sonrisas a los presentes, siendo además la Princesa de Orange una de las más elegantes.
Posteriormente aparecieron los Reyes Alberto y Paola de Bélgica, que después se reunieron con el resto de la Familia Real del país de origen de la novia, pues además del Monarca y su consorte acudieron los Príncipes Felipe y Matilde de Bélgica, recién llegados de su visita a Turquía, los Príncipes Astrid y Lorenzo y los Príncipes Laurent y Claire. La sorpresa más grata vino de la mano de la Reina Fabiola, que pese a que se encuentra delicada de salud hizo un esfuerzo para acompañar a los Luxemburgo.
La Princesa Salma de Marruecos pasó como una exhalación, no así los tres hermanos del novio, los Príncipes Louis, Sebastián y Félix, que posaron ante el Palacio Ducal antes de entrar en la cena. Deslumbrante acudió la Princesa Marta Luisa, que cambió la compañía de su marido Ari Behn por la del Príncipe Kyril de Bulgaria, uno de los miembros asistentes de la Casa Real Búlgara, pues también acudieron los Reyes Simeón y Margarita, así como la Princesa Miriam.
Noruega no solo fue representada por Marta Luisa, pues acudieron los Reyes Harald y Sonia de Noruega, y los Príncipes Haakon y Mette-Marit de Noruega, que coincidieron con la esquiva Familia Real Sueca, pues las cámaras captaron a la Reina Silvia y a la Princesa Victoria entrando por un discreto lugar, aunque después, la Reina de Suecia caminó del brazo del Príncipe Enrique de Dinamarca para llegar al comedor de Palacio. Los Príncipes Federico y Mary de Dinamarca no dejaron ver sus galas, pues entraron por otra puerta con ropa informal para cambiarse y disfrutar de la cena, aunque sí saludaron.
Los Príncipes de Asturias, los grandes ausentes
Otros de los invitados fueron los Príncipes Filiberto y Clotilde de Italia, los Reyes Constantino y Ana María de Grecia, que acudieron junto a los Príncipes Pablo y Marie Chantal, que fue una de las más bellas y elegantes de la noche a pesar de tener que competir con Carolina de Mónaco, que se hizo esperar, pero llenó de glamour Luxemburgo con su sola presencia con un ajustado vestido con espalda abierta. No faltaron representantes de las Casas Reales de Jordania, Rumanía y Yugoslavia, entre otras.
Los grandes ausentes fueron los Príncipes de Asturias, cuya presencia en la cena no había sido anunciada por Casa Real Española, sino que su representación está limitada a este sábado, cuando tienen lugar los actos centrales. El motivo no es otro que sus compromisos oficiales en España de este viernes, que les han impedido llegar a tiempo a Luxemburgo.
Una vez se reunió la realeza en torno a las mesas, el Gran Duque pronunció un discurso muy emotivo en el que glosó las virtudes de su ya nuera y su fortaleza por la reciente muerte de su madre, no escatimando elogios para su primogénito y heredero Guillermo. Seguidamente se sirvieron los manjares, entre los que se encontraban canelones de lubina, pichón relleno y postres con el chocolate como elemento principal.