Parece claro que el Príncipe Harry y Meghan Markle no se marcharon de la Casa Real Británica por un verdadero disgusto con la Institución o con la Familia Real Británica, aunque mucho de eso hay, ni con su deseo de labrarse una carrera privada aprovechando su posición, aunque está claro que al final lo han hecho y les ha ido muy bien.
No, su primer deseo era vivir entre Reino Unido y Norteamérica y compaginar actividades privadas con la representación a la Corona. Eso les serviría para no vivir de los contribuyentes y por tanto no tener que cumplir con las obligaciones que se presuponen a los miembros de la Casa Real Británica con respecto a su relación con la prensa.
La privacidad no era un problema. Es decir, no deseaban vivir una persecución constante por parte de los paparazzis, algo que los Duques de Sussex dejan claro en su docuserie, estableciendo una comparación con la que vivió Lady Di. El Príncipe Harry siempre ha dicho, y lo sigue haciendo, que tenía que proteger a su familia y que no iba a dejar que la historia se repitiera. Mientras se repetía eso, las noticias falsas y la desinformación perjudicaban tanto a él como a Meghan Markle, sobre todo a ella, y no sentían, ninguno de los dos, que la Casa Real Británica les protegiera, sino todo lo contrario.
En la docuserie además se explica cómo funcionan los departamentos de comunicación de la Casa Real Británica. Todos buscan la máxima relevancia y difusión, y si bien en ocasiones cooperan, los diferentes departamentos de prensa compiten entre sí, con todo lo malo que eso puede acarrear. Así, como expresaron Omid Scobie y Carolyn Durand en una entrevista concedida a Bekia: " Detrás de las noticias falsas contra Harry y Meghan están la prensa británica y gente de la Casa Real Británica ".
Todo esto parece estar detrás de su salida de la Casa Real Británica, de elegir la ruptura total y empezar una nueva vida. No era su deseo de vivir alejados de todo, porque quieren seguir siendo figuras de alto perfil y usarlo tanto para causas benéficas, como para obtener rentabilidad y mantener el gran nivel de vida que tienen. Quieren difusión, quieren relevancia y saben que además eso da dinero. No hay más que ver el acuerdo con Netflix, donde iban a ser productores, que también, pero cuyo primer proyecto emitido ha sido su propia docuserie.
Este producto ha recibido alabanzas de unos y críticas de otros, sobre todo en este segundo caso de la prensa británica. Se ha expresado el poco sentido que tiene que pidan privacidad mientras exponen su vida íntima en una docuserie de Netflix para que la vean millones de personas. No han escatimado además en detalles personales, e incluso aparece en varias ocasiones su hijo Archie, con fotos de su cumpleaños u otros momentos tiernos con sus padres.
La respuesta oficial
Todo ello ha llevado a esas críticas de las que el Duque y la Duquesa de Sussex han respondido a través de su secretaria de prensa, Ashley Hansen, que ha enviado un comentario a The New York Times para dejar claro que la salida del Príncipe Harry y Meghan Markle de la Casa Real Británica no se debió a la privacidad: "Su declaración anunciando su decisión de dar un paso atrás no menciona nada de privacidad y reitera su deseo de continuar con sus roles y deberes públicos ".
"Cualquier sugerencia habla de un punto clave de esta serie. Están eligiendo compartir su historia, en sus términos y, sin embargo, los medios sensacionalistas han creado una narrativa completamente falsa que impregna la cobertura de prensa y la opinión pública. Los hechos están ahí, delante de sus narices", finaliza el comentario, donde una vez más responsabiliza no a la prensa en su conjunto, sino a la sensacionalista, contra la que los Duques de Sussex tienen una batalla que seguramente no hubieran podido llevar a cabo de haber seguido como miembros activos de la Casa Real Británica.