Hace unos días se comunicó de manera oficial que en los próximos meses los Duques de Sussex estarán de mudanza. Mientras esperan la llegada de su primer hijo y entre rumores de mala relación con los Duques de Cambridge, el Príncipe Harry y su esposa han decidido abandonar el Palacio de Kensington y han elegido un lugar ligeramente más modesto.
El lugar en cuestión es Frogmore House, una residencia ubicada en los terrenos del Castillo de Windsor y que ya está siendo acondicionada para la llegada de sus nuevos inquilinos. Se pretende remodelar la estructura del lugar y, según The Sun, se construirá una enfermería y un pequeño gimnasio con estudio de yoga para que Meghan Markle pueda seguir practicando sus rutinas deportivas. También habrá, por supuesto, una habitación disponible para Doria Ragland.
Los motivos detrás de esta aparentemente repentina decisión están siendo objeto de continuas especulaciones por parte de la prensa británica a falta de una postura oficial por parte de la Casa Real. En este sentido, The Sun esgrime que una de las razones se encontraría en que el Príncipe Harry quiere formar su propia "Corte" al margen de la de su hermano cuando este se convierta en Príncipe de Gales.
Una infancia tranquila para sus hijos
La periodista Sally Bedell Smith va más allá y considera que se trata de algo "inevitable porque Harry y Meghan necesitan cierta libertad para organizar los intereses y causas con las que están involucrados ". Unos intereses que, como ya se apuntó hace tiempo, no coinciden con los de los Duques de Cambridge. Eso sí, según The Daily Mail esto no significa que haya distanciamiento: " Los hermanos siguen estando muy unidos, mucho más que la mayoría, pero ahora Harry se ha casado y está a punto de convertirse en padre; así que es un buen momento para planear su propio futuro".
Este último punto es en el que coinciden la mayoría. Por lo tanto, es la preocupación por la infancia de su futuro hijo lo que motiva la decisión de los Duques de Sussex. Según los citados medios, el Príncipe Harry quiere que sus descendientes no estén tan expuestos como los de su hermano, ya que el Palacio de Kensington está en el centro de Londres y esto lo convierte en foco constante de miradas curiosas. Al Príncipe Guillermo no le queda otra opción puesto que es el heredero, pero su hermano tiene mayor margen de decisión.
Ahorradores ante todo
Una última y posible razón esgrimida es la de que una reforma en Kensington habría sido mucho más cara que la que se va a llevar a cabo en Frogmore House y los Duques de Sussex no quieren ser vistos como derrochadores. Eso sí, los gastos correrán a cargo de la Reina a través de la asignación que recibe del Gobierno para administrar su hogar.