El bautizo del Príncipe Luis ha reunido a parte de la Familia Real Británica, o al menos al núcleo duro de la dinastía, representado por el Príncipe de Gales, la Duquesa de Cornuales, los Duques de Cambridge y sus hijos y los Duques de Sussex. No ha habido ni rastro de tíos y primos al considerarse el bautizo como un acto íntimo y privado, y por tanto reservado para los parientes más cercanos.
Sin embargo, sí ha resultado chocante que no hayan acudido ni la Reina Isabel ni el Duque de Edimburgo, los dos únicos bisabuelos que le quedan al Príncipe Luis. En los bautizos del Príncipe Jorge (2013) y de la Princesa Carlota (2015), sí acudieron, pero en esta ocasión no se han desplazado a St. James Palace para ver cómo el bebé entra en la Iglesia Anglicana, de la que Isabel II es la cabeza.
El 9 de julio, una fecha para el recuerdo
Como apunta la prensa británica, el motivo es curioso, aunque puede entenderse debido a la avanzada edad de ambos. El Duque de Edimburgo no acude a actos oficiales salvo en contadas ocasiones, aunque hasta ahora sí ha asistido a los acontecimientos familiares. De todos modos, a sus 97 años está muy delicado, y ha preferido no asistir.
En el caso de la Monarca, ha preferido no desplazarse a la Capilla Real de St. James Palace porque tiene una semana muy ajetreada de actos. Este martes 10 de julio celebra por todo lo alto el centenario de la Royal Air Force, y además se prepara para la visita que el presidente de Estados Unidos, Donald Tump, realizará este viernes 13 de julio en Windsor Castle.
Casualmente, este 9 de julio se celebra que hace 71 años se anunció el compromiso entre la entonces Princesa Isabel y el por aquel momento Príncipe Felipe de Grecia y Dinamarca, que renunció a sus títulos para abrazar los británicos que le entregó el Rey Jorge VI. Ese 9 de julio de 1947 se conocía públicamente una historia de amor que continúa 7 décadas después.