La Reina Sofía siente especial predilección por los hijos de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, que suponen la mitad de sus nietos. Además de estar triste por tenerles lejos al vivir en Ginebra, y preocupada por lo que han sufrido y lo que les queda por sufrir por la situación judicial de su padre, se siente muy vinculada a ellos, que le corresponden dándole todo el cariño.
En unos tiempos en los que la Reina Sofía se ha sentido un tanto sola, sus nietos Urdangarin de Borbón han sido todo un consuelo y un apoyo. La Reina Emérita está especialmente unida al mayor de ellos, Juan Urdangarin, que tiene un carácter más tímido y parecido a ella que el de otros de sus nietos. Con los Marichalar se lleva bien, pero tienen un carácter más Borbón, lo que supone que son opuestos a ella, aunque con Victoria Federica tiene más puntos en común.
Con la Princesa Leonor y la Infanta Sofía tiene mucho en común, aunque la relación no es tan fluida como le gustaría, por lo que se queda siempre con los que le dan cariño de forma incondicional: sus nietos Urdangarin. Pero además Juan le necesita más por todo lo que ha sufrido, y se siente más cerca de él, y por otro lado, le hace sentir orgullosa por cómo es y lo que hace.
Primero decidió seguir estudiando en Ginebra para quedarse cerca de sus padres y hermanos, lo que le han agradecido mucho. Por otro, ha dejado de manifiesto que es una buena persona, un joven comprometido que quiere ayudar a los más desfavorecidos. Es consciente de que forma parte de un mundo privilegiado y acomodado, y por eso se ha marchado a Camboya a hacer el bien.
Como señala La Razón, Juan Urdangarin viajó hace unos días a Battambang (Camboya) para colaborar con El Sauce, la fundación del jesuíta Kike Figaredo Alvargonzález, que desempeña las labores de Prefecto Apostólico de Battambang y presidente de Cáritas Camboya. El hijo de la Infanta Cristina fue visto en The lonely tree café, un proyecto solidario del jesuíta, que está especialmente volcado en ayudar a jóvenes que han sufrido amputaciones por las minas antipersona, una lacra todavía no erradicada en Camboya, donde hay zonas que todavía permanecen minadas.
Tensión por Iñaki Urdangarin
Toda la familia se siente orgullosa de él, sobre todo porque no es un acto concreto, sino que lo ha hecho más veces. En 2016 participó en la instalación de hornos de biogás en Vietnam junto a sus compañeros de la École Internacionale de Ginebra. En contraste, su padre se prepara para lo que le espera. El próximo 21 de marzo se celebrará una vista pública en la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo en la que la defensa de Urdangarin pedirá su absolución, mientras la Fiscalía quiere que se eleve su pena.