Pocos días después de que la guardaespaldas de Meghan Markle renunciase a su puesto y se iniciase un debate sobre la supuestamente "demasiada" independencia de la Duquesa de Sussex (con las consecuencias que esto implica para el trabajo de los responsables de seguridad), una voz autorizada ha querido intervenir para echar más leña al fuego.
Se trata de Ken Wharfe, exguardaespaldas de la Princesa Diana de Gales y que a raíz de esta noticia ha decidido escribir una carta al Daily Mail con el objetivo de defender la infravalorada labor que llevan a cabo los guardaespaldas de la realeza. Para ello parte de una sencilla y contundente premisa: " Proteger a un miembro de la Familia Real nunca es fácil ".
Wharfe trabajó durante ocho años para la madre del Príncipe Harry y asegura que " Diana no era una jefa fácil " ya que, al igual que Meghan Markle, " ella quería acercarse a la gente y llevar una vida tan ordinaria como fuera posible ". Algo que en el caso de un miembro de la realeza no es precisamente sencillo.
En el caso concreto de la Duquesa de Sussex, el exguardaespaldas sostiene: " A Meghan Markle le gusta interactuar con el público durante sus apariciones, queriendo ser vista como una persona normal y es por ello que resulta difícil la presencia de un guardaespaldas cerca ". Es por ello por lo que, bajo su punto de vista, "proteger a Meghan es un papel exigente"
La familia no pone las cosas fáciles
A pesar de todo, lo más sorprendente y llamativo de la carta escrita por Ken Wharfe es lo que tiene que decir sobre la familia Markle y cómo estos afectan a la seguridad de la Duquesa de Sussex: "Hay una preocupación muy alta porque alguno de ellos pueda aparecer en palacio o en un acto público con una cámara de televisión para grabar una posible confrontación entre ellos ".