La hija del Rey Harald de Noruega está lejos de la ruina, pero sí ha perdido mucho dinero con respecto al ejercicio anterior.
La Casa Real de Noruega no está sujeta a impuestos, pero sí los miembros de la Familia Real Noruega en edad de tributar, es decir, la Princesa Marta Luisa, la Princesa Astrid y Marius Borg. Debido a que los ingresos son públicos, se ha conocido lo que han ingresado, siendo llamativo el caso de la hija del Rey Harald.
En 2017, Marta Luisa de Noruega ingresó 1,87 millones de coronas, lo que supone en torno a 180.000 euros. Sin embargo, la cosa cambió en 2018, cuando ingresó en torno a 56.000 euros, una fuerte caída que ha tenido que notarse en su bolsillo. Además, como señala Dagbladet, su patrimonio cayó de unos 450.000 euros en 2017 a unos 190.000 euros en 2018, por lo que su economía no pasa por su mejor momento. En 2018, la hermana del Heredero al Trono cerró la escuela de ángeles que había montado con su socia, Elisabeth Nordeng, y con la que ganó mucho dinero en su momento. Sin embargo, las cuentas ya no salían como en otros tiempos y optaron por interesarse en otros proyectos.
Quizás ese ha sido el motivo que le llevó a poner a la venta Bloksberg, su casa de verano situada en la isla de Hankö que recibió como herencia. Allí ha sido muy feliz, pero la bajada de ingresos y lo cara que resulta de mantener provocaron que insistiera en deshacerse de esta propiedad que forma parte de la Familia Real Noruega desde 1947.La Princesa y el Chamán
A pesar de ello, no se puede decir que la controvertida Princesa nórdica pase estrecheces. Aunque tiene tres hijas a las que mantener junto a su exmarido, Ari Behn, ha gozado de unas largas vacaciones con Shaman Durek, guía espiritual con el que mantiene una relación que se anunció en primavera de 2019. También ha estado de vacaciones con otros familiares y no ha renunciado a un buen nivel de vida, si bien es cierto que nunca ha sido ostentosa.
Precisamente ha hecho negocio con Shaman Durek, con el que da unas charlas y cursos bajo el título 'La Princesa y el Chamán'. Esa utilización de su título con fines comerciales le trajo problemas, y ante las críticas y las órdenes de la Casa Real Noruega, dio un paso atrás y dejó de hacer negocios aprovechándose de su título.
Años atrás había renunciado a su tratamiento de Alteza Real para poder trabajar fuera de los actos de representación, si bien es cierto que ni renunció a sus derechos sucesorios, ni a su dignidad de princesa. Marta Luisa de Noruega ha dejado claro que ser Princesa es algo que adquirió al nacer y que jamás puede perder. Sin embargo, ha entendido que debe diferenciar entre la Marta Luisa princesa y la Marta Luisa ciudadana.