El Príncipe Felipe aterrizaba este martes en la isla de Tenerife tras su viaje a Honduras. Allí, se reencontraba con la Princesa Letizia, que viajó desde Madrid, y juntos inauguraron el Palmetum de Tenerife, el mayor parque tropical de palmeras de Europa.
El heredero a la Corona y su esposa quisieron dejar un recuerdo de su visita y plantaron juntos una palmera. Cada uno de ellos sujetó por un extremo la pala, con la que echaron la arena sobre este árbol, y lo hicieron demostrando una gran complicidad con la que quieren desmentir en público sus desavenencias.
Don Felipe mostraba buen aspecto, pese a las muchas horas de vuelo, ya que procedía de Honduras, donde asistió a la investidura del nuevo presidente electo, Juan Orlando Hernández. El Príncipe llegó el pasado domingo a Honduras siete horas después de lo previsto, dado que el Airbus A-310 de la Fuerza Aérea española en el que viajaba sufrió una avería que le obligó a aterrizar en República Dominicana. De vuelta, le enviaron otro avión para asegurarse que no existiese ningún contratiempo.
De Tenerife a Gran Canaria
Tras su estancia por la mañana en Tenerife, los Príncipes de Asturias viajaron hasta Las Palmas de Gran Canaria con motivo de la presentación de la remodelación del Castillo de la Luz. Allí, se presentó el conjunto arquitectónico de esta fortaleza defensiva erigida en 1497 y que ahora ha sido rehabilitada para acoger, a partir de este verano, la obra del escultor Martín Chirino.
En este acto, Don Felipe comentó que la fortaleza es un lugar lleno de historia y de creatividad porque el Castillo tiene la vocación de aunar la historia de esta isla con el arte al mejor nivel y especialmente el de uno de sus hijos predilectos, el artista Martín Chirino.
Durante esta visita, en la que el Heredero de la Corona desveló una placa conmemorativa, Don Felipe y Doña Letizia mostraron nuevamente su sintonía. Su estancia contó con muchos aplausos, pero también con abucheos de ciudadanos descontentos que han querido mostrar su rechazo ante los Príncipes de Asturias.