Los Príncipes Alberto y Charlene de Mónaco han sido recibidos en audiencia por el Papa Benedicto XVI en el Vaticano, una visita enmarcada en las buenas relaciones que mantienen el Principado y la Santa Sede.
El Soberano portó traje oscuro, mientras que la consorte lució un traje largo y blanco de encaje unido a un velo beige a juego con los guantes y el bolso con los que se presentó en la Ciudad del Vaticano.
Esta audiencia papal era especialmente importante para los Príncipes de Mónaco, pero sobre todo para la Princesa Charlene, ya que se trataba de la primera vez que se entrevistaba con el Santo Padre a pesar de que lleva un año y medio casada con Alberto II.
Por su parte, el Príncipe Alberto ya había sido recibido anteriormente por el Pontífice, pues tuvo la oportunidad de entrevistarse con él en 2005 y 2009. Asimismo, en 1997 mantuvo una audiencia con el anterior Papa, Juan Pablo II, en una visita en la que también estuvieron el Príncipe Rainiero y la Princesa Carolina.
La escandalosa vida de los Grimaldi
El Vaticano siempre ha mantenido una estrecha relación con Mónaco, un país muy católico a pesar de que la vida privada de los miembros de la Familia Real no siempre ha ido de acuerdo con el ideario que promulga la Santa Sede.
Y es que mientras Alberto ha tenido dos hijos fuera del matrimonio, sus hermanas no se han quedado atrás. Carolina se casó por lo civil con Stefano Casiraghi, pues no había obtenido la nulidad de su anterior matrimonio; por ello, sus tres hijos mayores no fueron reconocidos como legítimos hasta que en 1993 Juan Pablo II firmó un decreto con el que pasaban a estar incluidos en la línea de sucesión.
Asimismo, Estefanía se divorcio de Daniel Ducruet tras una escandalosa infidelidad, tuvo a su tercera hija Camille fruto de una relación pasajera y volvió a casarse con el acróbata Adans Peres, de quien también se divorció.