Es difícil olvidar la patada que dio Froilán a su prima Victoria López-Quesada de Borbón-Dos Sicilias aquel 22 de mayo de 2004 en el que Don Felipe y Doña Letizia se dieron el 'sí, quiero'. Los pajes y damas que participan en las bodas pueden ser muy buenos y ejemplares, pero a veces hay alguno más díscolo, aunque sin llegar al nivel del primogénito de la Infanta Elena.
En la boda del Príncipe Harry y Meghan Markle, el Príncipe Jorge ejerció de paje. Aquel día no destacó especialmente, quizás porque no tenía compañeros de juegos especialmente traviesos. Pero entonces llegó el enlace de Eugenia de York y Jack Brooksbank, donde los novios escogieron como pajes y damas a los hijos mayores de los Duques de Cambridge, a las tres nietas mayores de la Princesa Ana, a Maud Windsor, nieta de los Príncipes de Kent, a la hija de Robbie Williams y Ayda Field y a Louis Givenchy.
Ya subiendo las escaleras de la Capilla de St George de Windsor Castle hubo lío. Lady Louise Mountbatten-Windsor llevaba de la mano a los Príncipes Jorge y Carlota de un lado, y a Louis de Givenchy y Theodora Williams de la mano. A medio camino, la hija de Robbie Williams se giró para saludar, perdió el equilibrio y terminó llevando al suelo a Givenchy. Por si fuera poco, una ráfaga de viento levantó el vestido de Lady Louise junto antes de entrar a la capilla real. Las hazañas de Theodora Williams siguieron a la salida de la boda, cuando preguntó a Sarah Ferguson si era la Reina.
Ya una vez dentro fue el turno de que el Príncipe Jorge y Savannah Phillips hicieran de las suyas. Los niños estaban un poco parlanchines, y mientras la Princesa Carlota mostraba cierto interés, pero no demasiado, ellos se retroalimentaban. Las cámaras pillaron a la primogénita de Peter Phillips simulando que tocaba una trompeta, lo que pareció divertir al Príncipe Jorge. Al final, el hijo mayor de los Duques de Cambridge se tapó la boca, como si se hubiera dado cuenta de que no era el momento de hacer travesuras.
Primos y amigos, pese a todo
Parece que después se relajaron, o al menos pasaron a un segundo plano y las cámaras ya no les enfocaron. A la salida, Savannah Phillips estuvo pendiente de que la Princesa Carlota mirara a los objetivos, y poco más. Quizás en el banquete volvieron a hacer de las suyas, pero ahí al menos no ha podido verlo todo el mundo.
Lo que sí se vio es cómo Savannah Phillips tapaba la boca a su primo segundo para que se callara mientras estaban en el balcón de Buckingham Palace con motivo de la celebración de Trooping the Colour 2018. Días después, los Cambridge y los Phillips compartieron una jornada aprovechando que había partido de polo. Allí, la nieta mayor de la Princesa Ana mostró todo su genio y empujó al Príncipe Jorge, que cayó por una cuesta. Al menos al verles tan cómplices en la boda real queda claro que pese a tener algún rifirrafe, se llevan muy bien.