Cada familia tiene sus propias tradiciones, y en el caso de la Familia Real Británica, están todavía más arraigas. Cada año antes de Nochebuena, los Windsor viajan a Sandringham para pasar allí las fiestas. El día de Navidad no se pierden la misa, y a la jornada siguiente pasan el Boxing Day disfrutando de una jornada de caza en la que participan algunos miembros de la dinastía.
Es habitual que tanto el Príncipe Carlos como sus hijos, los Príncipes Guillermo y Harry, participen en estas jornadas de caza que tanto gustaban a la Reina Isabel y al Duque de Edimburgo. Sin embargo, los tiempos cambian, y con ellos se adaptan las costumbres.
En la Navidad de 2017, el Príncipe Harry decidió no cazar, y ahora ha tomado la misma medida. El motivo es su amor por Meghan Markle, que pesa más que las tradiciones, por muy arraigadas que estén. La Duquesa de Sussex está en contra de las pieles y de la caza, y por ello, el Príncipe Harry se niega a seguir cazando.
Dos hermanos muy unidos pese a todo
Si el año pasado no trascendió o no se le dio tanta importancia, en este 2018 sí ha llamado más la atención que el Príncipe Harry, ya que ocurre cuando siguen de actualidad los presuntos problemas entre los Cambridge y los Sussex, que habrían sido originados por la tensa relación entre las cuñadas.
El Príncipe Harry está en su derecho de no cazar, sea por amor a Meghan Markle o por conciencia animalista. Además, el Príncipe Guillermo y el Príncipe Harry tienen otras muchas aficiones que pueden poner en común para seguir fortaleciendo su unión fraternal. Quizás no sean una piña como antes, pero a pesar de todo, siguen siendo unos hermanos muy unidos.