"Vi las fotografías del reflejo de todos los paparazzi en la ventana al mismo tiempo", cuenta, mientras aprovecha para leer algunos fragmentos de 'Spare', el título que llevan sus memorias. "Vi la parte de atrás de su cabello rubio, ya sabes, desplomado en el respaldo del asiento", dice sobre algunas de las imágenes que pudo ver, aunque agradece que muchas otras fueran eliminadas, lo que redujo en cierto modo su sufrimiento.
"Pero yo en ese momento estaba buscando evidencias de lo que realmente sucedió, que era cierto. Pero también estaba buscando algo que me lastimara porque en ese momento todavía estaba bastante insensible a todo el asunto", ha seguido diciendo, recordando lo dramático que fue para él enterarse de la muerte de su madre por su padre, pensando que cuando le dijo que había tenido un accidente le diría después que estaba bien, pero no fue así. Fue sentado en su cama en el castillo de Balmoral en Escocia cuando su padre le dijo: "Mi querido niño, mamá ha tenido un accidente de coche".
Lo cierto es que pese a su dolor, en ningún momento se llegó a creer que su madre hubiese muerto, ya que creía que en cualquier instante llamaría por teléfono. Para él fue un mecanismo de defensa, pero estuvo desde los 12 años hasta pasados los 20 convencido de que Lady Di se había ocultado por voluntad propia para llevar una vida más feliz.
"Todos pensaron y sintieron que conocían a nuestra madre. Y las dos personas más cercanas a ella, las dos personas más amadas por ella, no pudieron mostrar ninguna emoción en ese momento", ha contado sobre cómo sobrellevó la muerte de su madre, haciendo saber que solo lloró una vez. Los años pasaron y él aún no lo había superado, es por eso que cuando tenía 23 años, después de más de diez años desde la muerte de la Princesa Diana, pasó por el túnel en el que su madre murió. En ese momento asistía a la semifinal de la Copa Mundial de Rugby de 2007 en París y quiso atravesar el túnel del Alma. "Siempre imaginé el túnel como un pasadizo traicionero, intrínsecamente peligroso, pero era solo un túnel corto, simple y sin lujos", dijo, tras haber pasado por el mismo montado en un coche a la misma velocidad a la que murió su madre.
Consumió sustancias para evadirse de su muerte
Entre tanto, el Príncipe Harry también ha hablado sobre su relación con las drogas tras la muerte de su madre, contando que consumió algunas 'psicodélicas' que le ayudaron a lidiar con el dolor y el trauma que sentía por su pérdida. También consumió setas alucinógenas y ayahuasca con el fin de 'limpiar la miseria'. "Para mí, limpiaron como un parabrisas la miseria de la pérdida. Me quitaron esa idea que tenía en la cabeza de que necesitaba llorar para demostrarle a mi madre que la extrañaba. Cuando en realidad lo único que quería era que yo fuera feliz", ha contado.