Galería: Archie Harrison en imágenes
Meghan Markle es la flamante editora invitada de Vogue UK en septiembre de 2019, pero además, el Príncipe Harry ha participado en el número realizando una entrevista a Jane Goodall, primatóloga, etóloga, antropóloga británica con la que el Duque de Sussex ha hablado largo y tendido.
Ambos tienen en común su preocupación por la conservación del medio ambiente, algo a lo que la doctora Goodall ha dedicado su vida y con lo que el Príncipe Harry está muy concienciado, sobre todo por la educación ecologista que le ha brindado su padre, el Príncipe Carlos.
Durante la entrevista, el nieto de la Reina Isabel señala que parece que la especie humana es la única que vive en la Tierra y que todo lo que hay en ella le pertenece, actitud que está provocando que se acabe con los recursos. Además, siente que hay gente que no se preocupa del planeta que deja a sus hijos. Jane Goodall quiso saber si esto le preocupaba más ahora que es padre, a lo que el Duque de Sussex respondió que sí, pero que es algo en lo que ha pensado siempre: "Es extraño porque siempre he sentido una conexión con la naturaleza y con su conservación gracias a toda la gente que he conocido y los lugares que he tenido la suerte de visitar gracias a mi trabajo. Pero sin duda ahora lo veo todo de manera diferente ".
"Yo siempre me he preocupado mucho por la conservación del planeta. Incluso antes de tener a mi hijo o de los que vaya a tener más adelante ", comentó el Príncipe Harry, que fue interrumpido por la primatóloga para comentarle entre risas que espera por el bien de la Tierra que no sean muchos: "¡No, tendremos dos como máximo!", despejando así la duda: después de Archie Harrison, solo vendrá un hijo o hija más.
El sesgo inconsciente del racismo
Su entrevista versa también sobre racismo, algo sobre lo que el Duque de Sussex ha señalado que hay un sesgo inconsciente. En ese sentido, asegura que hay personas que no se dan cuenta de sus propios prejuicios y que el estigma va de generación en generación.
Por otro lado, señala que si bien es cierto que el estigma va de generación en generación, la perspectiva sobre el mundo es algo que se enseña, que por tanto se aprende de la familia, de la educación o del entorno.