Los Duques de Sussex no dejan de estar en el punto de mira, y es que desde que se casaron en mayo de 2018 su vida ha cambiado mucho, aunque algunas cosas no han estado exentas de polémica. Su manera de actuar, sus gestos o cómo ejecutan algunas obligaciones pueden estar en el punto de mira en más de una ocasión, sobre todo cuando se relacionan con alta sociedad inglesa.
El Príncipe Harry y Meghan Markle parece que no son bien recibidos en las fiestas VIP de Reino Unido y así lo ha revelado Daily Mail, que asegura que los Duques se han convertido en personas non grata en los eventos más importantes de su país. Este rumor llega justo después de que sean catalogados como hipócritas por el exguardespaldas de Lady Di, la madre del Príncipe Harry, que ha dejado claro que no es normal que cojan un avión privado cuando supuestamente quieren ayudar al planeta y proteger el medio ambiente.
Su ropa o su forma de hablar, en entredicho
Los motivos del supuesto veto tienen que ver con el protocolo, algo que se estarían saltando en toda regla. En estas fiestas cerradas de la alta sociedad británica han conseguido que algunas personas estén a disgusto por sus excesivos gestos de cariño. Algunas personas consideran que el comportamiento de Meghan Markle sigue siendo muy americano, motivo por el que se seguiría comportando como antes, es decir, como si siguiera siendo actriz, y no como un miembro de la Familia Real.
El medio citado anteriormente apunta a que entre ellos hay demasiadas muestras de amor y afecto, toda una provocación para los más VIP de Reino Unido, algo que están dispuestos a pasar por alto así como así. Según el protocolo británico, el hecho que una pareja muestre en exceso el cariño que se tienen, va en contra de todo decoro social. Y de la Duquesa de Sussex no solo disgusta eso, sino también su 'dress code', como cuando fue con unos pantalones vaqueros a ver a su amiga Serena Williams en un partido. Tampoco gusta su manera de hablar, de la que se dice que es demasiado vulgar, ni su manera excesiva de gastar, símbolo de despilfarro ante los ojos de muchos ingleses.