El Príncipe Harry y Meghan Markle han tenido que posponer unas semanas la mudanza a su nueva casa porque las obras aún no han terminado
El Príncipe Harry y Meghan Markle quieren que su primer hijo viva en Frogmore Cottage, un palacete del siglo XVIII en Windsor, Londres. A la espera de que la Duquesa de Sussex salga de cuentas a finales de abril, parece ser que el cambio de residencia se está retrasando más de lo esperado. Pues el matrimonio planeaba trasladarse desde Kensington Palace, residencia que comparten actualmente con los Duques de Cambridge, a su nuevo hogar a finales de marzo. Esto no va a poder ser, el motivo es la reforma que están llevando a cabo, en la cual llevan invertidas cerca de 3,5 millones de libras.
Según la prensa británica, las obras se han retrasado varias semanas, pueden incluso tardar un mes más. Los motivos son diversos, entre ellos la insonorización de la vivienda para evitar el continuo ruido de los aviones que aterrizan y despegan del aeropuerto de Heathrow. No obstante, los requisitos de los Duques de Sussex en el diseño y las características de su nuevo hogar tampoco ayudan. "Los constructores han trabajado todos los días la semana sin importar el clima. Pero sigan haciendo cambios, particularmente en el diseño", revelaba una fuente cercana a la Familia Real al diario The Sun. Los royals no escatiman en gastos
Cualquier persona desea vivir en la casa de sus sueño. Esto ha hecho que el Príncipe Harry y Meghan Markle hayan invertido una gran suma de dinero en adecuar el palacete a su gusto. El mayor problema ha sido insonorizarlo para bloquear el ruido continúo de los aviones. Se han necesitado un total de 50.000 libras, casi 60.000 euros, según The Mirror. La reina Isabel II confesó lo insoportable que resultaba el sonido de los despegues y aterrizajes desde Heathrow, que se encuentra a 20 kilómetros de Frogmore, por donde sobrevuelan 14 vuelos cada media hora.
El hogar de los Duques de Sussex contará con cinco habitaciones con baño propio, la del bebé pintada con tinte vegano, y un gran salón con chimenea. Otra parte del presupuesto se ha dedicado a transformar el edificio antiguo en una vivienda más 'eco-friendly', ya que contará con un sistema de energía menos perjudicial para el medio ambiente. La paz y la serenidad reinará en la casa de los royals, que contará también con un estudio de yoga para que la Duquesa de Sussex pueda practicar la disciplina.