Los Duques de Sussex dejaron la ciudad para seguir con sus compromisos oficiales en el interior de Austalia.
Tras su paso por Sydney, donde fue todo un triunfo, los Duques de Sussex prosiguieron con su tour por Australia yendo a Dubbo, una pequeña ciudad situada a unos 400 kilómetros de Sydney hasta la que llegaron en avión. Nada más llegar, pudieron sentir el cariño de los ciudadanos que les esperaban, que no hicieron más que emocionar a la pareja real.
Después de lucir sus mejores galas en la ciudad de la Ópera, los Duques de Sussex optaron por un look más informal. El Príncipe Harry prescindió del traje, mientras que Meghan Markle se enfundó una camisa blanca, pantalones australianos y una chaqueta gris de la firma de Serena Williams, una de sus íntimas amigas. Su primer acto ha sido en el mismo aeródromo, ya que han visto un servicio de aviones que sirve para ayudar a personas que viven en zonas rurales, algo muy necesario en un gigantesco país como Australia con un extenso outback.
Entre saludos y ramos de flores, apareció un adorable niño llamado Luke Vincent, de solo 5 años. Meghan Markle se llevó un cariñoso abrazo del pequeño, y cuando le tocó el turno al Príncipe Harry, se interesó demasiado por su barba. La razón es que su ídolo es Papá Noel, conocido entre otras cosas por su poblada barba, así que el niño se quedó extasiado con la del Duque de Sussex. La lluvia hace su aparición
Posteriormente visitaron una granja, Mountain View Farm, donde la pareja real comprobó cómo es la vida en este lugar y contribuyeron al trabajo que ejercen los granjeros. Allí se preguntó a Meghan Markle cómo llevaba el embarazo, a lo que ella contestó que estaba bastante bien pese al cansancio. Además, como señala la prensa británica, quiso tener el detalle de llevar un pan de plátano a las personas que tan bien les han acogido.
La lluvia, muy necesaria en este zona, cayó con fuerza, por lo que hubo que anular varios actos, entre ellos un picnic que se había preparado para la ocasión. De todos modos, pudo haber discurso del Príncipe Harry, donde como anécdota, fue Meghan Markle la que sostuvo el paraguas con el que el Duque de Sussex pudo refugiarse de la lluvia. Y así pasó otro día llenó de aventuras para la pareja real.