Camilla Parker Bowles no fue bien recibida por la sociedad británica tras conocerse su romance con el Príncipe Carlos de Inglaterra, ya que el pueblo no le perdonaba que hubiera sido 'la otra mujer' del hijo de la Reina Isabel durante su matrimonio con la Princesa Diana. Sin embargo, lejos de seguir alimentando los rumores sobre una mala relación con la Familia Real, el Príncipe Harry ha decidido poner fin a las especulaciones y contar realmente cómo fue su trato con la Duquesa de Cornualles.
"Para ser honestos, ella siempre ha sido muy cercana con Guillermo y conmigo. No es una madrastra malvada. Ten en cuenta la situación de la que venía. Que nadie sienta pena por Guillermo y por mí, sentid pena por ella ", ha declarado el Duque de Sussex en 'Harry: Conversaciones con el Príncipe' un libro de entrevistas escrito por la periodista Angela Levin.
"Es una mujer maravillosa y ha hecho muy pero que muy feliz a nuestro padre, que es lo más importante", ha afirmado Harry de Inglaterra para finalmente añadir: "Guillermo y yo la queremos mucho". Sin duda, unas declaraciones que han sorprendido a buena parte del público y que ponen punto final a los rumores que aseguraban que tanto el Príncipe Guillermo como el Príncipe Harry sentían animadversión hacia la que se había considerado la causante de la separación entre sus padres.
La mujer de la discordia
Lo cierto es que el papel que la Duquesa de Cornualles ha tenido en la Familia Real Británica no ha sido sencillo. Y es que Diana de Gales había sido rotunda sobre ella: "Éramos tres en mi matrimonio. Lo que considero demasiada gente".
Desde entonces Camilla Parker se convirtió en un personaje muy poco popular que ha tenido que hacer verdaderos esfuerzos, no solo para ganarse el favor del público, sino también el de la Familia Real Británica, quienes se mostraron muy reticentes a su adhesión a la misma. Lo cierto es que, a pesar de llevar tantos años juntos, no fue hasta 2005 que la Reina Isabel les concedió su permiso para pasar por el altar, lo que avivó aún más una polémica a la que el Duque de Sussex parece querer empezar a poner fin.