Con la llegada del buen tiempo vuelven las Garden Parties, una tradición instaurada por la Reina Victoria en la década de los sesenta del siglo XIX que se celebra tres veces al año y a las que se invita a numerosas personalidades que toman el té y dulces mientras charlan con la Familia Real Británica.
Como ocurre en todas las Casas Reales, siempre hay miembros que interesan más, que aportan más glamour o simplemente que hacen más amenas entre reuniones en las que la alta sociedad se mata por ir, sobre todo las que se celebran en Buckingham Palace.
Sin embargo el pasado 12 de mayo, seguro que se notó la ausencia de uno de los miembros más carismáticos y bromistas de la realeza inglesa: el Príncipe Harry, que en esta ocasión no ha podido asistir a la tradicional cita anual ya que actualmente se encuentra de viaje oficial en Nueva Zelanda.
Además no ha sido el único que este año no ha acudido al evento, ya que su hermano tampoco ha hecho acto de presencia. Y es que desde que el Príncipe Guillermo se convirtiera en padre de su segundo hijo en común con Kate Middleton, los duques de Cambridge han permanecido retirados de la vida pública en su residencia de Anmer Hall, Norfolk, donde residirán de forma permanente junto al príncipe Jorge y la princesa Carlota Isabel Diana.
Por todo ello, seguro que esta ha sido una de las fiestas más aburridas de las celebradas en los últimos tiempos en los jardines el Palacio de Buckingham, ya que la Reina Isabel II, el Duque de Edinburgo, el Príncipe Carlos, la Duquesa de Cornualles, el Príncipe Eduardo y la Condesa de Wessex seguramente hayan echado en falta contar con la presencia de los miembros más jóvenes de la familia.
Aburrimiento en Londres, diversión en Oceanía
El Príncipe Harry, en cambio, sí se lo está pasando bien durante su visita oficial a Oceanía, donde el joven está viviendo todo tipo de divertidas anécdotas : desde el beso robado de una joven que le pidió matrimonio en Sydney hasta repartir pasteles a las entregadas chicas neozelandesas que acudieron a verle.
También allí, el Príncipe Harry ha asistido a charlas con jóvenes y ha realizado diversas actividades como la jardinería, incluso se le ha podido ver bailando la Haka, la danza de guerra maorí. Desde luego, el hijo menor de Carlos de Inglaterra no está perdiendo el tiempo durante su estancia en la zona.