Precisamente sobre eso ha hablado el Príncipe Harry durante su intervención en la entrevista con Oprah Winfrey, donde la mayor parte del protagonismo recayó en la Duquesa de Sussex. Si bien en su momento se dijo que el Príncipe Carlos iba a sostenerles económicamente durante un año, no fue así. El Duque de Sussex aseguró que les cortaron los fondos, lo que les llevó a moverse rápido y a firmar sus rentables contratos con Netflix y Spotify para sostenerse y mantener el alto nivel de vida que deseaban llevar en Estados Unidos.
Sin embargo, no se puede decir que hayan pasado penurias, y más teniendo en cuenta que pudieron comprarse una mansión de en torno a 14 millones en Montecito (California). Antes de que firmaran los contratos, ya contaban con una estabilidad financiera inalcanzable para la mayoría de la población. Se habla de que los Sussex suman entre los dos una fortuna de unos 35 millones, de los que sobre 30 vendrían de la herencia que el Príncipe Harry recibió de Lady Di, de la que dijo que estaría "triste y enfadada por cómo salió todo, pero creo que todo lo que ella querría sería que seamos felices". Reconoce además que todo lo que han podido hacer es gracias a ella: "Sin eso, no hubiéramos podido hacer todo esto. Todo lo que quería era dinero suficiente para conseguir seguridad y mantener a mi familia a salvo", añadió.
Sin seguridad para los Sussex
Y precisamente seguridad económica no les faltaba, pero sí de otro tipo. Uno de los puntos en discordia que no terminaban de abordarse en los comunicados del Sussexit era en relación a la seguridad. Reino Unido no quería pagar, Canadá tampoco, y Estados Unidos todavía menos.
Así, fueron ellos los que se han financiado desde entonces su propia seguridad, algo que el Duque de Sussex no entiende: "Nunca pensé que, como príncipe nacido en la familia, me iban a quitar la seguridad", señaló el Príncipe Harry. "Pedí a la familia que al menos mantuvieran la seguridad de Harry, incluso si no me brindaban seguridad a mí y a Archie", comentó Meghan Markle, que quizás recordó que cuando estaba embarazada, en la Casa Real Británica le comunicaron que su hijo no podría ser príncipe ni recibiría seguridad.