El Príncipe Guillermo fue recibido por el Primer Ministro de Gales, Mark Drakeford, líder del partido independentista galés, Plaid Cymru, que gobierna en coalición con los laboristas. También estuvo acompañado por Elin Jones, que ocupa el cargo de Llywydd, es decir, Presidenta del Parlamento de Gales, que junto a Drakeford enseñó el edificio al heredero. El Príncipe de Gales se reunió tanto con ellos como con otros líderes políticos en esta importante visita al Senedd, constituido desde que a partir de 1998 las naciones que forman parte de Reino Unido salvo Inglaterra, es decir, Escocia, Gales e Irlanda del Norte, han podido tener su propio parlamento.
Se acusó al heredero de haber apoyado solo a los ingleses y no haber hecho lo mismo con la selección galesa, ya que por mucho que ostente el citado cargo, es Príncipe de Gales y miembro de la Familia Real Británica. Además, se ha dado la casualidad que Inglaterra y Gales coinciden en la fase de grupos. Todo ello ha ayudado a caldear los ánimos en Gales, donde el sentimiento independentista también tiene arraigo.
Ante la polémica generada, el heredero comentó durante esta visita al Parlamento en Cardiff que apoya a las dos selecciones cuando se enfrenten, aunque por tradición anima a Inglaterra en el fútbol y a Gales en el rugby, un deporte en el que las dos naciones también son rivales: "Les digo a todos que estoy apoyando a ambos. No puedo perder. He apoyado a Inglaterra desde que era bastante pequeño, pero apoyo el rugby galés y así es como lo he hecho siempre porque tuve que tomar una decisión", señaló el Príncipe de Gales, patrón real de la Welsh Rugby Union, que reconoció a su vez que no es bueno si deja de apoyar a Inglaterra para hacerlo con Gales, por lo que debe encontrar un equilibrio que satisfaga a todo el mundo, que sería que se muestre neutral cuando se enfrenten y apoye a ambas selecciones por separado cuando no lo hagan, tanto en el fútbol como en el rugby.
No se volverá a hacer una investidura como la de Carlos
Por si fuera poco, otra cuestión sobrevolaba la visita real a Gales. Se trataba de la posibilidad de realizar una ceremonia de investidura como Príncipe de Gales como la que tuvo su padre en 1969. Aquella vez, la Reina Isabel colocó una corona sobre la cabeza de su heredero, al que entregó formalmente la dignidad de Príncipe de Gales que ya tenía desde 1958 en una ceremonia pomposa que tuvo lugar en el Castillo de Caernarfon. Al formalizarse la sucesión surgieron rumores sobre la posibilidad de que se repitiera algo así, lo que creó opiniones a favor y en contra.
Si bien el partido independentista señaló que el título de Príncipe de Gales no le otorga ni una posición ni responsabilidad en Gales, Kensington Palace manifestó que este viaje del Príncipe Guillermo era una forma para conocer más y mejor los problemas y fortalezas del pueblos galés, con el que busca una mayor cercanía como Príncipe de Gales. Además, se expresó que no se había ni planteado que se celebrara una investidura como aquella de 1969, dando así carpetazo a la posibilidad de esta 'coronación' para el heredero, que prefiere que aquellas ceremonias se queden en el siglo XX.