La Familia Real Británica está acostumbrada si no a vivir en el campo, sí a pasar allí grandes temporadas. Los perros y los caballos son sus animales favoritos y están muy familiarizados con ellos, sobre todo con los canes, que les acompañan en sus residencias.
El Príncipe Guillermo adora a los perros, pero al menos una vez se llevó un buen susto con uno de ellos. Así lo ha contado Jon Chandler, que al jubilarse como policía de Norfolk tras 30 años de servicio, ha contado una anécdota que recoge la prensa británica en la que están involucrados el Duque de Cambridge y un perro.
Un perro guardián detector de intrusos
El Príncipe Guillermo se encontraba en Sandringham, residencia de la Familia Real Británica en Norfolk en la que tradicionalmente pasan la Navidad. El Duque de Cambridge caminaba por los terrenos cuando tuvo que enfrentarse a uno de los perros que hacía guardia para proteger la residencia de la Reina.
Jon Chandler estaba patrullando por los jardines junto al perro, al que llevaba sin correa. El can detectó la presencia de un posible intruso y le persiguió sin que el policía pudiera hacer nada por detenerle. Afortunadamente no fue a más porque el perro solo le ladró, y cuando llegó el policía todo quedó aclarado y el Príncipe Guillermo se lo tomó como una anécdota.
" Podría haber salido terriblemente mal si le hubiera mordido, pero afortunadamente el perro hizo lo que se suponía que debía hacer, y dio un paso atrás y le ladró. Fue una noche memorable", recordó Jon Chandler de este episodio que seguramente también recordará el Duque de Cambridge.