Nada de homenaje del pueblo
Sí se pudieron ver el Reconocimiento, el Juramento, la Investidura y la Entronización y el Homenaje. Y es precisamente este último paso el que no parece gustar demasiado al Príncipe Guillermo, que como heredero tuvo un papel en la Coronación de su padre. El Príncipe de Gales se arrodilló ante el Rey y realizó el juramento de lealtad. "Yo Guillermo, Príncipe de Gales, te prometo mi lealtad y te daré fe y verdad, como tu señor de la vida y el cuerpo. Así que ayúdame Dios". También tocó la Corona de San Eduardo que estaba en la cabeza de Carlos III y le besó en la mejilla. Previamente, el Príncipe Guillermo colocó al Rey Carlos la Estola Real en la Investidura.
No parece que el Príncipe de Gales haya tenido problemas con la Coronación en sí misma, por anacrónica que pueda resulta una ceremonia cuyo guion se estableció en 1377, pero no le gustó precisamente una innovación de su padre con respecto a las coronaciones anteriores. Como señala The Times, cuando sea coronado como Guillermo V de Reino Unido, no quiere incluir en la última parte de la liturgia el llamado 'Homenaje del pueblo'. Hasta Isabel II, la costumbre dictaba que el juramento era prestado por la nobleza hereditaria, siendo el primero en arrodillarse ante ella el Duque de Edimburgo, su leal consorte. Carlos III pensó que sería mejor olvidarse de la nobleza e incluir al pueblo, aunque el único que se arrodilló ante él fue el Príncipe de Gales como su heredero, mientras que el Arzobispo de Canterbury invitó a "todas las personas de buena voluntad" a prestar juramento desde sus casas al Rey.
Ese homenaje del pueblo no volverá a ocurrir, aunque también desea que su Coronación sea relevante, diferente, moderna e importante. Cuando ocurra, el mundo habrá cambiado con respecto a 2023, aunque no tanto como entre las coronaciones de Isabel II y Carlos III. Debido a la edad a la que Carlos fue coronado (74 años), no pasarán tantos años antes de que Guillermo le suceda. Resultaría llamativo que Guillermo V renunciara a una coronación como la que tuvieron sus antepasados, aunque quizás opte por una modernización necesaria para conectar con la población joven, la más desconectada de la Monarquía.