Ha sido precisamente estas palabras las que han provocado otra respuesta. La Casa Real Británica habla por gestos, por comunicados, por silencios, a veces, pocas, por declaraciones, y en ocasiones a través de filtraciones más o menos interesadas a la prensa. En su primer acto oficial con Kate Middleton tras la entrevista de los Sussex, el Duque de Cambridge habló abiertamente cuando fue preguntado y respondió que no había hablado con su hermano tras la emisión, pero que lo haría, y que la Familia Real Británica no es una familia racista. En ese sentido van a ir más gestos, ya que la Reina quiere la ayuda de un comité de expertos independientes que les ayuden a mejorar el enfoque en diversidad, incluyendo a minorías étnicas o a la comunidad LGTBI. Sabe que han dado pasos, pero hacen falta muchos más.
Y entre gestos y esa declaración, el Príncipe Guillermo volvió a hablar, pero esta vez indirectamente. A través de un artículo publicado en The Sunday Times y citando a fuentes cercanas, se responde a algunas de las cuestiones de la entrevista, así como de otros asuntos vinculados al Sussexit. Uno de los que destacan es su desmentido a que se siente atrapado dentro de la institución: "El Príncipe Guillermo ha aceptado su papel y el camino trazado para él. Es el nieto de su abuela y tiene el sentido del deber y el servicio". De esta forma se quiere dejar claro que se sienta atrapado, lo que puede dejar entrever que está a disgusto con su papel como futuro heredero y Rey de Reino Unido, mostrando una desgana que puede molestar y ser criticada. Pero nada más lejos de la realidad porque el Duque de Cambridge entiende y acepta su papel.
Con respecto a las relaciones familiares, el Príncipe Guillermo se ha ido acercando cada vez más al Príncipe Carlos, al que ahora apoya y respalda totalmente, pero con el que no siempre ha tenido una relación idílica: "Con el paso de los años hubo tensiones impuestas por el sistema: dinero, trabajo, competencia, Diana". Es cierto que a los problemas personales se une la competencia existente entre palacios reales, así como que el Príncipe de Gales es quien financia a sus hijos con los ingresos del Ducado de Cornualles, lo que ha generado problemas por cómo se distribuye el dinero, qué causas se llevan más o menos o qué se promociona y qué se deja de lado. El binomio jefe-padre ha sido fuente de problemas tanto con el Príncipe Guillermo como con el Príncipe Harry. A pesar de eso, padre e hijo se sienten más unidos: "Parte de la evolución de Guillermo es que a medida que se acerca a su padre, ve sus similitudes. A medida que sus respectivos destinos se acercan, pesa más sobre ellos y fortalece el vínculo. La ruptura con Harry también los ha acercado". La Corona puede separar, pero también unir mucho.
Quiere reconciliarse con Harry pese a estar molesto con él
Al mismo tiempo, se muestra al Duque de Cambridge como conciliador. Eso es algo de lo que ya se habló en el libro 'Meghan&Harry. En libertad', donde se cuenta que a pesar de las desavenencias entre los hermanos, el Príncipe Guillermo respaldó totalmente al Príncipe Harry cuando creó su propia casa y le apoyó para que se le dieran los recursos y financiación necesarios. Fueron aquellos buenos tiempos entre los Cambridge y los Sussex, aunque no duraron demasiado.
Y esos buenos tiempos son precisamente los que echa de menos el Príncipe Guillermo, que quiere tanto a su hermano como el Duque de Sussex ha dicho públicamente que le quiere a él y le echa mucho de menos: "Una vez que superó la ira de cómo sucedieron las cosas, se quedó con la ausencia de su hermano. Compartieron todo sobre sus vidas, una oficina, una fundación, reuniones juntos la mayoría de los días y hubo mucha diversión en el camino. Siempre le echará de menos". Es por eso que quiere reconciliarse con él en algún momento, pero para que llegue ese día todavía hay heridas que sanar: "Está muy molesto por lo que sucedió, aunque tiene la intención de que la relación con Harry se recupere con el tiempo".