Parece que hay cosas que están destinadas a repetirse. En el primer embarazo de Kate Middleton sufrió una hiperémesis gravídica que llevó a padecer una gestación muy complicada. En el segundo ha ocurrido lo mismo, aunque al menos no ha sido tan fuerte como para ser hospitalizada.
Así, los Duques de Cambridge están impacientes por la ver la cara de su segundo vástago y que todo acabe, lo mismo que el personal que está de guardia en el hospital St. Mary de Paddington, en Londres, donde también hay un buen número de personas que llevan días acampadas a la espera de que llegue el nacimiento, y así poder ver de cerca al nuevo príncipe o princesa de Cambridge cuando salga en brazos de sus progenitores.
El Príncipe Harry se fue sin conocer al bebé
Kate Middleton se encuentra en el Palacio de Kensington, su residencia oficial, donde espera a que la naturaleza decida cuándo tiene que nacer su bebé, aunque si se va retrasando más, el parto terminaría por ser provocado para no poner en riesgo la vida de la criatura ni de la Duquesa de Cambridge. Pese a que está en la recta final y ha salido de cuentas, lo cierto es que está tranquila y se encuentra bien, prueba de ello es que ha sido vista conduciendo su coche junto a un miembros de su personal de seguridad, que iba de copiloto.
Pese a la coincidencia de fechas, el bebé no nacerá el mismo día que su bisabuela, la Reina Isabel II, que cumplió 89 años el 21 de abril, ni tampoco en el cuarto aniversario de boda de sus padres, que se casaron el 29 de abril de 2011. Lamentablemente, no conocerá a su tío paterno, el Príncipe Harry, que había vuelto a Londres con motivo de la Mini-Maratón celebrada el domingo, pero ha tenido que irse ya a Australia, donde tiene compromisos oficiales hasta mediados de mayo. El Príncipe Harry esperaba que su segundo sobrino naciera antes de tener que marcharse a Oceanía, pero finalmente no ha sido así, y le tocará esperar para conocer a un bebé que se resiste a nacer.