En esa última jornada, el Príncipe Guillermo y Kate Middleton empezaron de una manera y terminaron de otra muy distinta. Se convirtieron en exploradores para descubrir la jungla y los tesoros mayas de Caracol. Los Duques de Cambridge admiraron Caana, el Palacio del Cielo, un complejo arqueológico impresionante que les dejó anonadados. Este lugar tiene 3.000 años de antigüedad y se encuentra en Chiquibul Forest.
De la jungla a una recepción
Para terminar llegó el momento más glamouroso con una recepción ofrecida en su honor por la Gobernadora General de Belice, Froyla Tzalam, en las ruinas mayas de Cahal Pech. Para la ocasión, el Príncipe Guillermo se vistió con americana y pantalones azul oscuro, escogiendo una camisa azul celeste y prescindiendo de corbata. Más formal se puso Kate Middleton, que resplandeció con un vestido rosa de The Vampire's Wife creado para ella a partir de un modelo de la misma marca llamado the Light Sleeper Organza maxidress. Añadió a su look una sandalias de Jimmy Choo y un clutch blanco con bordado maya en negro.
Los Duques de Cambridge brindaron para celebrar esta visita en la que el Príncipe Guillermo recordó el discurso que la Reina Isabel ofreció en 1994 en el Parlamento de Belice, donde habló sobre la importancia de trabajar juntos para salvaguardar las libertades. Mencionó además la guerra en Ucrania, añadiendo que Belice ha condenado la invasión rusa, al igual que ha hecho Reino Unido: "Hoy pensamos en los que luchan en Ucrania y nos solidarizamos con ellos", comentó también el Príncipe Guillermo.
Ya de una forma más desenfadada, el Duque de Cambridge compartió en Instagram unas fotos de su viaje a Belice y ofreció unas palabras antes de su partida a Jamaica, su siguiente destino: "Catherine y yo estamos encantados de haber estado aquí en Belice al comienzo de nuestra primera visita oficial al Caribe. Tengo el honor de transmitir los más cálidos deseos de mi abuela, la Reina de Belice, con motivo de su Jubileo de Platino. En nuestra corta estancia aquí, Catherine y yo hemos tenido la suerte de haber comprobado la extraordinaria biodiversidad que con tanto amor nutren aquí en sus selvas y arrecifes. Junto con esta diversidad ambiental, también probamos la maravillosa diversidad cultural de Belice, desde el chocolate maya hasta los tambores garífunas. Y sí, ¡hasta nos hicieron bailar!", finalizó el Príncipe Guillermo.