Con estas palabras comenzaba su discurso el Príncipe Felipe con motivo de su visita al proyecto de formación de Cáritas para jóvenes vulnerables que financia la Fundación Hesperia en Málaga, ciudad a la que se desplazaron para cumplir con este acto oficial.
Tras las palabras del Heredero, los Príncipes de Asturias contemplaron los locales del proyecto y se reunieron tanto con profesores como personas que se han beneficiado de la medida. Posteriormente visitaron el proyecto de Cáritas Málaga en el que forma a mujeres para atención médica y atención domiciliaria de enfermos.
Finalizada la visita, Don Felipe y Doña Letizia regresaron a Zarzuela para celebrar su aniversario junto a las Infantas Leonor y Sofía y descansar tras los tres actos que les han llevado a Girona, Barcelona y Málaga. Asimismo, el Príncipe tiene una Audiencia militar a un grupo de suboficiales mayores en el Palacio Real de El Pardo este miércoles, mientras que la Princesa no reaparecerá hasta el viernes, cuando inaugurará junto a Don Felipe la Feria del Libro de Madrid.
La herencia de Juan Ignacio Balada
El proyecto anteriormente citado está financiado con parte de la herencia que les dejó el empresario menorquín Juan Ignacio Balada, fallecido en noviembre de 2009. Si los Príncipes renunciaban a la herencia, todo el patrimonio de Balada pasaría al Estado de Israel, por lo que a los Príncipes no les quedó otra opción que aceptar el encargo para que la fortuna se quedara en España y beneficiase a los españoles.
No obstante, Felipe y Letizia también donaron la parte que les correspondió de la herencia, mientras que los ocho nietos de los Reyes decidirán cuando sean mayores de edad qué destino dar al patrimonio que les legó Balada.