Desde el accidente de tráfico que sufrió el 17 de enero de 2019 el Príncipe Felipe ha dado mucho de lo que hablar en el último mes. Sobre todo, cuando 48 horas después de que chocase su Land Rover con otro vehículo, fue cazado conduciendo sin cinturón. Estos dos altercados han llevado al Duque de Edimburgo a presentar de forma voluntaria su carné de conducir.
El royal, que tiene 97 años, colisionó su coche contra otro en el que iban dos mujeres de 28 y 45 años junto a un bebé de nueve meses cerca Sandringham, en Norfolk. Emma Fairweather, la mayor de las pasajeras del vehículo afectado, sufrió una fractura de muñeca y la más joven, cortes en la rodilla. Afortunadamente el bebé salió ileso, al igual que el consorte de la Reina Isabel.
Las consecuencias del accidente de tráfico
Por un momento, el Príncipe Felipe se vio envuelto en una marabunta de críticas cuando la mujer de 45 años hizo público a través de los medios ingleses que no había recibido ningún mensaje de apoyo procedente de la Casa Real Británica. Finalmente, eol Duque de Edimburgo rectificó haciéndole llegar una carta donde expresaba sus tristeza sobre lo ocurrido.
A raíz de este altercado, el Príncipe Felipe decidió tomar la radical decisión de abandonar la carretera devolviendo voluntariamente su carné a las autoridades. Desde entonces, se tiene que conformar con ocupar el asiento de copiloto.