Aunque Buckingham Palace informó de que el ingreso del Duque de Edimburgo se había debido a una medida preventiva, y que la causa era una infección provocada por una dolencia ya existente, saltaron todas las alarmas. Aunque se mantiene en un estado envidiable a sus 96 años recién cumplidos, lo cierto es que no deja de estar delicado, lo que le ha llevado a tomar la decisión de retirarse de la vida oficial en otoño.
Ahora, la preocupación ha dado paso a la tranquilidad después de que el propio Príncipe Carlos haya desvelado que su padre está mejorando. El Heredero acompañó a la Reina Isabel a la apertura del Parlamento ante la imposibilidad de que pudiera estar presente el Príncipe Felipe, y después pasó por Ascot, además de por Finsbury Park (Londres), donde el pasado 19 de junio se produjo un atentado cuando un hombre atropelló con su furgoneta a varios fieles que salían de una mezquita.
El Duque de Edimburgo, enfadado por no poder cumplir con su agenda
Durante este último acto fue preguntado por cómo se encontraba el Duque de Edimburgo, a lo que su primogénito respondió en declaraciones a BBC que estaba mucho mejor. Lo que está llevando peor es el no poder cumplir con su agenda oficial, en concreto por haberse perdido la apertura del Parlamento. Finalmente, este jueves 22 de junio ha salido del hospital y ha podido volver a su residencia.
El Príncipe Felipe se encontraba en Windsor tras haber participado en Trooping the Colour en Londres. Allí se sintió indispuesto, por lo que fue llevado al Hospital King Edward VII para descartar cualquier complicación. Afortunadamente, evoluciona favorablemente.