El viaje que están realizando el Príncipe Carlos de Inglaterra y la Duquesa de Cornualles por Australia está dando para mucho, pues la pareja real está llevando a cabo numerosas actividades oficiales.
Y es que Carlos y Camilla pusieron rumbo a Tasmania desde Melbourne, y tras atravesar el estrecho de Bass y toda la isla aterrizaron en Hobart, capital de 'Tassie', dando comienzo a su corto pero intenso periplo.
El viaje por Oceanía de Carlos y Camilla
Tras su paso por Papúa Nueva Guinea, el Príncipe Carlos de Inglaterra y la Duquesa de Cornualles pusieron rumbo a Australia, segunda parada de la gira que están realizando con motivo del Jubileo de Diamante de la Reina Isabel II.
La pareja visitó la Australian Stockman's Hall of Fame, un centro sobre los primeros ganadores del Outback australiano, una tierra difícil cuyo extremo clima han tenido que sufrir Carlos y Camilla, que sin embargo estaban aliviados de contar con un tiempo más seco después de pasar por Papúa Nueva Guinea.
La estancia de Carlos y Camilla en Melbourne
Finalizada su estancia en el Outback, el Príncipe de Gales y la Duquesa de Cornualles se desplazaron al sur del país, concretamente a Melbourne, capital del estado de Victoria y segunda ciudad del país tras Sidney. Allí, el Príncipe Carlos visitó un taller de tapices e incluso se animó a trabajar con uno; además, saludó a los niños presentes antes de desplazarse a un estadio de cricket para asistir a una exhibición.
El Príncipe de Gales y la Duquesa de Cornualles aprovecharon que su estancia en la capital de Victoria coincidía con uno de los grandes eventos del país y se pusieron sus mejores galas para asistir a la CXII edición de la Melbourne Cup, donde se mostraron muy cómplices y sonrientes.
Este evento hípico, el más importante de Australia, fue presidido por Sus Altezas Reales, y allí, Camilla de Cornualles entregó el trofeo a Nick Williams, uno de los dueños del caballo ganador, Green Moon, que venció con el jinete Brett Prebble.
La Duquesa de Cornualles y los koalas
Después viajaron a Adelaida, donde las autoridades llevaron a dos koalas para que fueran cogidos por el Príncipe Carlos y la Duquesa de Cornualles. El Príncipe de Gales abrazó a Kao, un koala muy simpático con el que Carlos estuvo encantado.
Sin embargo no ocurrió lo mismo con la Duquesa de Cornualles, que a pesar de ser una gran amante de los animales -sobre todo de los caballos-, no opina lo mismo de los exóticos ejemplares australianos, que le son totalmente desconocidos.
Camilla tomó en brazos a Matilda, un koala huérfano de nueve meses que consiguió asustar a la Duquesa de Cornualles, dejando unas instantáneas muy cómicas, aunque después consiguió relajarse y disfrutar del simpático animal.
Además de coger a los koalas, Carlos y Camilla realizaron otras actividades en Adelaida, capital del Estado de Australia Meridional, pues degustaron encantados unos vinos de la zona y participaron en varias visitas programadas en su agenda. Tras su estancia en Tasmania, el Príncipe de Gales y la Duquesa de Cornualles pusieron rumbo a Sidney.