Es por eso que cuando el Príncipe Guillermo y el Príncipe Harry llegaron a la edad adulta y abrieron sus propias oficinas para servir a la Corona, el Príncipe de Gales destinó cierta cantidad de dinero a cada uno de sus hijos para sostener sus actividades oficiales. De esta forma, todos ellos han vivido de The Sovereign Grant y en gran medida de los ingresos del Ducado de Cornualles.
De acuerdo con The Times, si los Duques de Sussex se alejan de sus deberes públicos podrían retirarse los 2,3 millones de libras que reserva anualmente para su hijo, su nuera y su nieto. No sería un castigo, sino una forma de dejar claro que si no se trabaja, no se debe recibir parte del pastel.
Las contradicciones de Harry y Meghan
De todos modos, todo es una contradicción en sí misma. Los Duques de Sussex dicen que se van, pero al mismo tiempo continuarán representando a la Corona. No renuncian ni a Frogmore Cottage, que les cede gratuitamente la Reina Isabel, ni a los ingresos del Ducado de Cornualles, pero dicen estar ansiosos por trabajar fuera de la representación institucional y ser económicamente independientes. Además, tampoco especifican qué empleo podrían tener, algo importante, debido a que como royals que son, les guste o no, no deberían desempeñar determinadas labores. Tampoco costearán su seguridad debido a que son personas protegidas internacionalmente, y por tanto Reino Unido tiene la obligación de ponerles escolta allá donde estén, sea en el país o en Canadá, donde se entiende que pasarán gran parte de su tiempo.
Por otro lado, se espera que a través de su marca Sussex Royal puedan recibir ingresos hasta por merchandising, lo que serviría no solo para vivir, sino para obtener fondos para el que se supone que es su gran proyecto: La Fundación del Duque y la Duquesa de Sussex.