Carole Middleton se ha convertido en la dueña y señora de Anmer Hall, Norfolk, donde se encuentra la residencia que la Reina Isabel regaló a su nieto el Príncipe Guillermo, y que tras ser restaurada servirá de residencia permanente de los Duques de Cambridge y sus hijos, que dejan Kensington Palace para vivir más tranquilos en el campo.
Según señala Daily Mail, los padres de Kate Middleton llevan meses preocupados porque todo esté perfecto en Anmer Hall para cuando los Duques de Cambridge, el Príncipe Jorge y el bebé que está en camino. Michael Middleton se ha encargado de los jardines, que por culpa de los topos se había echado a perder, mientras que Carole ha estado más pendiente de la vivienda.
Todos juntos en Anmer Hall
Los problemas fueron importantes para la pareja real, ya que Amy y Colin Wood, las personas que guardaban la finca, se despidieron, así que Carole Middleton tuvo que buscar sustitutos, y mientras tanto cuidó ella misma de Anmer Hall. Lo cierto es que no se encargó de la limpieza, pero sí de la organización de una mansión que cuenta con 10 habitaciones.
Esta gran ayuda para los Cambridge pone de manifiesto la cercanía que existe con Michael y Carole Middleton, que además se quedarán a vivir con ellos. Por contra, el Príncipe Carlos no cuenta con una intimidad así con ellos, lo cual molesta sobremanera al Heredero de la Corona británica. Sin embargo, su hijo Guillermo está muy contento con sus suegros por lo bien que lo está haciendo todo, e incluso ayuda a Kate Middleton a mantener la calma con su segundo embarazo, que ha cambiado su habitual dulzura por un carácter más arisco y susceptible.