Será el exmatrimonio el que cuidará a los perros de la Reina en el Royal Lodge en Windsor, lugar que ambos siguen compartiendo.
Los corgis de la Reina Isabel II ya tienen un nuevo hogar tras la muerte de la Monarca. Hasta el momento, su destino había sido una incógnita, pero, finalmente, ha sido el portavoz del Duque de York el que ha confirmado que ambos perros pasarán a vivir junto al Príncipe Andrés y su exmujer Sarah Ferguson. Los perros de la Reina vivirán junto al exmatrimonio en el Royal Lodge en Windsor, donde ambos residen.
Los corgis Muick y Sandy ya han estado varias veces junto a ellos, que, al parecer, habían paseado a los perros poco antes de la muerte de la Reina. Era habitual que la Reina paseara a sus perros por los jardines de Frogmore House, cita a la que Sarah Ferguson acudió en más de una ocasión: "La Duquesa se unió a Su Majestad para pasear perros y montar a caballo, e incluso después de su divorcio, continuaría su gran amistad con Su Majestad, paseando a los perros en Frogmore y charlando", ha contado una fuente.Tanto por la cercana relación que la Reina mantenía con Sarah Ferguson, como por lo unida que estaba a su hijo, el Príncipe Andrés, no es de extrañar que los perros acaben en el hogar del exmatrimonio. De hecho, Sandy fue un regalo del Príncipe Andrés y de las Princesas Beatriz y Eugenia por su 95 cumpleaños y Muick llegó a la vida de la Reina a principios de 2021 junto a un dorgi, una mezcla de corgi y perro salchicha, Fergus, que falleció a los cinco meses.
A pesar de ello, por el momento se desconoce el destino de los otros dos perros que la Reina tenía junto a los dos corgis. Candy, un dorgi, podría acabar también junto al Duque y la Duquesa de York ya que los tres perros están acostumbrados a convivir juntos. De no ser así podría ser entregado a uno de los miembros del personal. Por su parte, Lissy, un cocker spaniel, vive con su entrenador Ian Openshaw, aunque su destino está todavía por decidir.Una larga compañía
A lo largo de su vida, la Reina Isabel II tuvo más de 30 corgis. Tuvo su primero en 1933, a los 7 años, al que se unió un segundo corgi. Muchos de ellos acabaron siendo descendencia de un corgi llamado Susan, que fue regalo de su 18 cumpleaños. En 2015, Willow, el último perro del linaje de Susan murió y, así, la Reina quiso dejar de tener corgis para no dejarlos solos cuando ella muriera. Sin embargo, en 2021 nuevos perros llegaron a su vida y muchas fuentes admiten que fueron una gran alegría para la Monarca.